14 septiembre 2006

UNA HERMOSA COMEDIA DE HORROR


Contra lo que muchas veces tendemos a pensar, las secuelas son algo casi tan viejo como el mismo cine o, al menos, tanto como la industria. El razonamiento que desde un primer momento las justificó es muy sencillo: si algo ha funcionado y es rentable, ¿por qué no extenderlo hasta que haya dado el último centavo? El resultado fue que muchos de los títulos míticos de la época, como ocurrió con King Kong, arrastraron detrás una curiosa colección de secuelas, de calidad normalmente decreciente (en muchos casos, a velocidad vertiginosa), que terminaban caricaturizando el original.

Y si ésa era la política de los estudios, estaba claro que Frankenstein, un auténtico bombazo en la taquilla, no se iba a librar de ser carne de secuela. Estrenada en 1931, tuvo un éxito descomunal, que contribuyó a consolidar las películas "de monstruos" (inauguradas poco antes por el tieso Drácula de Browning) que se convertirían, aún hoy, en uno de los mayores activos artísticos y económicos de la Universal.

Pero su director, James Whale, no estaba por la labor; culto y formado en el teatro inglés, nunca llegó a tener gran estima por sus películas fantásticas, por más que tanto la adaptación del libro de Mary Shelley como El hombre invisible (1933), inspirada por la novela de H. G. Wells, sean considerados hoy clásicos indiscutibles y lo mejor de su filmografía. Pero por entonces, y aunque lograba llevar los temas de sus películas a su terreno, para Whale no eran más que el peaje necesario para abrirse un hueco en Hollywood y sacar adelante proyectos más personales y ambiciosos.

A mediados de la década de los treinta, Whale está en la cima de su carrera, y es uno de los pocos directores capaces de poner condiciones a los todopoderosos productores (en su caso, el mítico Carl Laemmle Jr.). Cuando finalmente accede a dirigir una continuación de Frankenstein (que, recordemos, finalizaba con la muerte del monstruo) es con la condición de tener las manos libres para reinterpretar el mito a su manera.

Y eso, ni más ni menos, es lo que hace. De hecho, se puede considerar a La novia de Frankenstein, más que una secuela, una nueva forma de poner en pie el mismo relato. Y el resultado es una película libérrima, enormemente atrevida en sus sugerencias, y con sorprendentes referencias cultas (como el prólogo que reconstruye la velada con Byron y los Shelley que, según la tradición, dio origen a la novela original) que convierten a La novia... en una rara avis en la producción de terror de la Universal.

De hecho, y en realidad, no se trata de una película de terror, sino de una comedia de horror de un humor negro como la pez, patrimonizado por el doctor Pretorius (sublime la cómica secuencia de los homúnculos metidos en tarros de cristal), interpretado por Ernest Thesiger, en el que no es difícil adivinar al alter ego del propio Whale, con líneas tan memorables como este diálogo mítico:

Dr. Pretorius: ¿Sabes quién es Henry Frankenstein, y quién eres tú?
El Monstruo: Sí, le conozco. Me hizo de muertos. Amo a los muertos... odio a los vivos.
Dr. Pretorius: Eres sabio, no hay duda.

Aunque Whale se permitía vivir su homosexualidad de una forma visible, siempre tuvo muy presente la humillación que la sensación de ser diferente le produjo en su infancia en el seno de una familia de clase obrera inglesa. De ahí que a todas sus obras fantásticas posean puntos comunes como las escenas en las que los "monstruos" (criaturas que no han elegido ser como son, y que en el fondo son unas incomprendidas) son perseguidos por masas llenas de odio que no les aceptan y quieren destruirles.

Pero es en La novia de Frankenstein donde esa identificación es llevada al límite, hasta el punto de que el monstruo que comienza la película asesinando va sufriendo un proceso en el que termina siendo más humano que el resto de los personajes. Pronto le vemos como un ser solitario que sólo aspira a lo mismo que cualquier otro, a ser aceptado, a tener amigos, ser querido e incluso amado (como vemos en la secuencia con el ciego, genialmente parodiada, por cierto, por Mel Brooks en El jovencito Frankenstein); pero eso escapa fuera de toda lógica, y su único destino posible debe ser la aniquilación porque, para él, no puede haber un lugar entre la gente de bien y, así, cualquier atisbo de esperanza será cercenado desde el principio.

Aún se guardaba Whale, sin embargo, una última sorpresa, un as en la manga donde dar rienda suelta a su malévola misoginia. La criatura, incitada por el doctor Pretorius y su búsqueda de "un nuevo mundo de dioses y monstruos", quiere una compañera para lograr el sueño de ser un hombre completo. Pero, una vez que la construyen, ella misma huye de su abrazo, horrorizada, refugiándose, para colmo, en los brazos del atractivo doctor Frankenstein.

Su aparición, de escasísimos minutos y al final de la película, es el broche de oro de una película fascinante, divertida y hermosa, portadora sin embargo de una historia que oculta su dureza bajo los mimbres de una falsa película de terror con la que, además, su director repitió éxito comercial. Y es que, como decía el James Whale personaje de Dioses y monstruos, genialmente encarnado por Ian McKellen, el truco estaba en no estropearles la película a los que no entendían la broma.

LA NOVIA DE FRANKENSTEIN. EE. UU., 1935. Blanco y negro, 75 min. Director: James Whale. Intérpretes: Boris Karloff, Colin Clive, Valerie Hobson, Ernest Thesiger, Elsa Lanchester. Guión: William Hurlbut, a partir de los personajes creados por Mary Shelley. Fotografía: John J. Mescall. Música: Franz Waxman. Producción: Carl Laemmle, Jr. Vista en: DVD (Universal)

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Un placer leerte, tanto cuando hablas de cine actual como cuando lo haces de los grandes clásicos.


Gracias por el enlace, al cual corresponderemos, sin duda, pues no en vano Marc Singer y Dirk Benedict habrían consentido tan bizarra unión.

Larga Vida a los Montruos Viejos!

y Areniles SaludosS.

Shiba dijo...

Increíble película, de verdad; Elsa Lanchester está genial. La verdad es que es una actriz que siempre he admirado.

Daniel Quinn dijo...

¡Qué tiempos aquellos en los que Hollywood era capaz de contar tantas cosas en 75 minutos! Las secuencias de los homúnculos y el ciego son de esas que nunca se borran de la memoria. Whale demuestra que cuando hay calidad y buen hacer detrás, los efectos especiales no pasan de moda.
(Lo único que odio de la película es la parodia de Brooks a que dio luegar. No la aguanto).
Saludos!!

Anónimo dijo...

Yo también amo a los muertos. Vamos no, quiero decir que huiría del monstruo :)

Me ha gustado encontrarme con esta novia. Pero en el amor no se elige. ¿O era precisamente al vesre?

Anónimo dijo...

Antes he intentado dejarte este comentario, pero al parecer Blogger tenía problemas técnicos.

Decías que estas películas de Whale son encantadoras. Y, como bien dices, eran muchísimo más que simples cintas de terror; eran todo un tratado sobre la naturaleza humana.

Por lo de enviarme el código no te preocupes, cuando te vaya bien, que tampoco viene de un par de días.

Anónimo dijo...

En lugar de "decías" quería poner "decía".

Donde dije "digo", digo "Diego" XD

Anónimo dijo...

Me costó mucha verla aunque siempre aparecía en todos los libros de terror que manejaba. No me decepcionó, es breve pero cuenta muchas cosas... hay una sesnsación de ver cine auténtico, que parece que se consume rápidamente; que sin esfuerzo llega a trascender con sus imágenes. El look de ella es ya todo un icono

Rosenrod dijo...

¡Larga vida, el Vaugan! Sin duda...

Elsa Lanchester es maravillosa, Lucinda: totalmente de acuerdo. Y en esta película, además, le tenemos por partida doble: ella es también la que hace de Mary Shelley en el prólogo.

¡Buffff, Kasandra! Peliaguda cuestión ésa, ¡casi ná! Musha tela para un humilde blog de cine :)

Yo adoro estas películas de Whale, Marnie. Tienen algo muy especial, que es difícil de definir. Me pasa lo mismo, salvando las distancias, que con títulos de Tourneur como "La mujer pantera" o "Yo anduve como un zombi"... es un cine único, sin duda. Y en cuanto al código, te lo envío este fin de semana, ¡me estoy rompiendo la cabeza a ver cómo cambio esto! ¡Qué estrés, madre mía! :)

¡Qué look, Pequeñoibán! Del peinado de Marge Simpson al del corto "Frankenwinnie", de Burton, y tantos y tantos... ¿Sería exagerado decir que es de los peinados más influyentes de la historia del cine?

Gracias a todos!

Raccord dijo...

Que maravilla de película... Y lo que me sorprendió más es la tecnología. Hay planos con gruas complicadisimos, el decorado del laboratorio es filigrana pura... Y estamos hablando de sólo 10 años después de Nosferatu, que no tenía un solo travelling!

Bravo por Whale y por ti, que nunca habia pensado esta película en clave de comedia, y me estoy dando cuenta que lo mismo tienes razón ;)

Saludos!

Anónimo dijo...

Ya están sus dioses y sus monstruos linkeados en nuestras dos Arenas, de modo que ya está condenado, ya no puede escapar, muhahahahahaah!!! (risa maléfica y megalomaníaca)

Bien, y hasta que actualice usted, si me lo permite, me vuelvoal frenopático que me toca pastilla.


VideoAreniles MañanaS.

Rosenrod dijo...

Raccord, creo que eso es lo que la hace tan especial. Y es más, creo que es lo que hace que siga funcionando hoy igual, porque su registro se ha quedado menos anclado en el tiempo (lo que sí le pasa al "Drácula" de Browning, que no puedes evitar ver con una sensación de perplejidad de que impactara tanto en su momento). Y de verdad te recomiendo que le eches un vistazo a "El hombre invisible". Es otra joya (y sus efectos, para el año de que son, sorprendentes).

El Vaugan, ¡ni qué decir tiene que es un kostroso honor que asumo con orgullo!

Gracias a los dos!

Dcine dijo...

Cuando vi por primera vez esta película fué en el mítico programa de Chicho Ibáñez Serrador, "Mis terrores favoritos" y, ya en esa tierna edad en la que me pilló, aparte de pasarmelo en grande, intuí que era una gran obra(me paso algo parecido con "La invasión de los ultracuerpos", "El hombre menguante", etc, pero supongo que esa es otra historia).
Años después tuve la gran ocasión de verla en pantalla grande, y evidentemente acudí sin pensármelo ni media décima de segundo. La verdad es que no me arrepentí ni un ápice, y terminé por comprobar que todo lo que había intuido en mi anterior visión era cierto (de echo me quedé muy corto, como es normal) y que esta gran producción es toda una obra maestra (absoluta obra maestra), que con los ropajes de una clásica cinta de terror nos habla de temas universales (como toda gran película que se precie) como la necesidad de ser amado (o miedo a la soledad), el miedo a ser visto como distinto, etc, todo ello bañado por un extraño y esquinado humor (como muy bien dices, más negro que la pez) y un sentido de la fantasía y el horror tan refinados, que la convierten en una rara avis entre el cine de terror de la Universal (y de todos los tiempos).

En suma, una maravilla que me extraña no hubieras comentado ya hace tiempo dada tu implícita adhesión a su autor.

Un saludo y sigue así, con blogs como el tuyo los cinéfilos de pro estamos salvados.

;)

Barry Collins

Anónimo dijo...

Tio, eres genial, he flipado con tu texto, como has hilvanado todo, me rindo, me gusta tanto como las películas de las que hablas que son clásicos del cine, aunque algunas hayan sido estrenas hace unos años, como la homonima a tu blog.

Rosenrod dijo...

Gracias, Barry. La verdad es que esto de la blogosfera es todo un invento para los cinéfilos, ha sido un descubrimiento para mí el ver tantos blogs con tantas visiones personales sobre una pasión compartida; es una auténtica gozada. Y por cierto, yo también vi por primera vez esta película en ese mismo programa, pero era demasiado crío para pillarle todo lo que tenía dentro. Por mi parte, logré verla en la gran pantalla en el Cine Doré, cuando la Filmoteca puso primero ésta y luego "Dioses y monstruos"... ha sido una de mis experiencias como cinéfilo más potentes.

¡Alfie, que me vas a sacar los colores! :) No te rindas, por favor, ¡queremos leerte!

Abrazos!

Anónimo dijo...

Mítica secuela de Frankenstein, seria y novedosa respecto a su precuela. Por supuesto forma parte de mi videoteca particular ;)

Rosenrod dijo...

Totalmente de acuerdo, Guitars: casi todo lo relacionado con esta película, aunque sea para parodiarla, es bueno (como mínimo). Por algo será, ¿no? Bienvenido.

Buen gusto, Galoy. Nunca lo habría dudado :)

Gracias a los dos!

Rosenrod dijo...

¿¿¿De verdad usáis los diálogos en la vida cotidiana??? ¡Qué casa más genial, Guitars!

Un saludo, y gracias!