03 enero 2007

¡BÚSQUENME AL AUTOR!


El proyecto de ley del cine que el Gobierno ha presentado estos días a los diversos sectores implicados (producción, exhibición, distribución, etc.), ofrece, entre sus novedades, una que me ha llamado la atención: por primera vez, el director de fotografía será considerado autor de la obra cinematográfica, un reconocimiento que, hasta ahora, se reservaba únicamente a los directores, guionistas y músicos. ¿La razón? Según el proyecto, “por el carácter cada vez más creativo que, en el cine actual, posee la labor de quienes componen la imagen a través de la luz y la cámara” (El País, 29/XII/2006).

Me alegra esta consideración: al fin y al cabo, la materia prima con la que se fabrica el cine, sea cual sea el soporte final en que se disfrute, no es otra que la luz. Y que se reconozca al profesional que la manipula para obtener un efecto preciso y unívoco, que contribuya al sentido último de la película, un acto de justicia. Pero, a la vez, esta noticia me abre algún que otro interrogante: ¿qué pasa con los montadores? ¿Con el director artístico? ¿Con el técnico de efectos especiales? ¿No pueden llegar a ser, a su manera, “autores”, o incluso “creadores”?

Muchas veces hemos hecho mención a que el cine es un arte que cuenta con la particularidad de surgir de la confluencia de muchas artes preexistentes, que en su interrelación dieron como resultado algo nuevo. En las primeras décadas, las películas fueron conocidas, únicamente, por los actores: aquello era el star-system, y nimiedades como quién dirigía la película interesaban poco. De hecho, el que de verdad controlaba el resultado final era el productor, hasta el punto de que, como demuestra el ejemplo arquetípico de Lo que el viento se llevó, poco variaba que estuviese uno u otro nombre detrás de la cámara (algo que, por cierto, sigue bien vigente: ¿o de verdad importa, en la mayor parte de las producciones Bruckheimer, quien firma la película?).

Luego, ya sabemos lo que pasó: llegó la nouvelle vague, la reivindicación del cine de autor, y por fin el director logró abrirse paso hasta el verdadero sanctasantórum de la creación cinematográfica, el punto donde se obra la alquimia: la sala de montaje. A partir de aquí, las películas pasaron a ser “una película de”, y ese “de” se refería, invariablemente, al director.

Desde entonces, todos hemos seguido ese esquema personalista, en parte por costumbre, y en parte también porque resulta muy cómodo para clasificar y valorar las películas. Pero, aún aceptando que los directores con verdadera personalidad logran insuflar ésta en su obra, hasta conseguir un estilo propio y automáticamente reconocible (Fellini, Almodóvar, Spielberg, los hermanos Coen, Rohmer, Chabrol, Kurosawa, Mizoguchi, etc., etc.), ¿no es más cierto que la mayor parte de la producción cinematográfica mundial, incluso la que tiene interés, carece de esa acusada personalidad? Entonces, ¿es tan relevante de verdad, en el 90% de las obras, quién está detrás de la cámara?

¿Quién es más autor de Amores perros, 21 gramos, Los tres entierros de Melquíades Estrada o Babel? ¿González Iñárritu o Tommy Lee Jones, sus directores respectivos, o Guillermo Arriaga? ¿No pertenecen Jasón y los argonautas o Furia de titanes tanto o más que a sus directores (Don Chaffey y Desmond Davis, respectivamente), al mago a cargo de los efectos especiales, Ray Harryhausen? ¿No está la huella Spielberg tras la cascada de películas por él producidas en los ochenta?

Y, ¿qué decir del gran invisible? La mayor parte de los cinéfilos pueden recitar de memoria cientos de actores, decenas de directores, un puñado de compositores, unos cuantos guionistas y algún que otro director de fotografía, pero ¿montadores? Pocos, por más que algunos sean tan indispensables para el estilo de un director como Thelma Schoonmaker para Scorsese (como bien nos ha recordado en varias ocasiones Álex), o Joel Cox para Eastwood. Y, si pasamos a otras áreas como la dirección artística... ahí, prácticamente nada de nada.

Es verdad que no todas las películas son iguales, ni puede compararse una concepción meramente industrial con la “artística” (aunque cada vez tengo menos claro dónde termina una y empieza la otra). Pero, ¿sigue siendo defendible, contra viento y marea, una idea que reduce la autoría a la del director? ¿Es que, si consideráramos una película como una obra colectiva, perdería relevancia frente a otras artes más individuales, como la literatura o la pintura?

¿Eh?

23 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que has dado en el clavo, habría que reconocer como autores a muchas más figuras o al menos plantear el debate. Justamente el único montador que sé es Thelma... y he de decir que si bien no estoy seguro que la palabra autor sea aplicable a todo el mundo, el montador si debería serlo. Señalas que el cine es luz, pero más que e eso es "contar con imágenes" y si ahí no tiene opinión el montador...

Mar dijo...

Bufff... qué fuerte para empezar el año :). En fin que sí, que si no fuera por unos o por otros el resultado no sería el mismo y autores son todos, ciertamente, ¡que nombren a todos autores, ea!

Donnie dijo...

Pues tienes toda la razón, pero bueno incluso los propios publicistas lo hacen: "Del director ganador del Oscar..." no se qué más...

Pero es un tema interesante!

SALUDOS!

atuaire dijo...

Muy buena apreciación Rosenrod. Estoy deacuerdo contigo. Salut!

Anónimo dijo...

Yo mantengo la opinión de que el director es un gestor. Su labor consiste en hacer que todo funcione sin estridencias. En suavizar los egos ajenos y hacerlos cuadrar en el puzzle final. En ese sentido, creo que la Nouvelle Vague marcó un antes y un después, sin duda. Pero suele malinterpretarse su famoso grito de guerra "El director es la estrella"... De hecho, uno de los más bellos homenajes a la profesión lo realizó François Truffaut, uno de los padres del movimiento creado en Cahiers du Cinema, en "La Noche Americana". Allí rindió homenaje a cada una de las profesiones que hacen posible una película.

Personalmente no entendería "Manhattan" sin la fotografía de Gordan Willis, ni "Días del Cielo" sin la de Néstor Almendros. Del mismo modo, una película no se entendería sin la participación de todos y cada uno de los que la hacen posible.

La responsabilidad final del director es la de imprimir su propia personalidad al conjunto. Y esa labor no se consigue únicamente en una sala de montaje.

Anónimo dijo...

Siempre he creído que la figura del montador ha sido, y me temo que será, la gran olvidada. Sobre lo del director de fotografía, totalmente de acuerdo. Y en cuanto a los responsables de efectos especiales, ¿qué decir, cuando hay películas que sólo son precisamente eso?

Anónimo dijo...

P/D - Además la profesión de "montador" tiene un nombre de lo más sugerente :P

Anónimo dijo...

Por cierto, ahora que pienso, creo que no te lo había dicho personalmente, aunque sí en mi blog, así que... feliz año nuevo!

Shiba dijo...

Pienso que el resultado global de una película es el trabajo de todos los que han intervenido en ella, o del equipo del que se rodee, los elementos artísticos, dirección de actores... todo se confabula para crear unas mezclas cohesionadas, y al final, la labor es de todos (por ejemplo, la prueba serían los distintos galardones que se dan a montaje, fotografía, vestuario...) aunque casi siempre destaque el director, guionista o actor o actriz principales. Lo del productor no lo veo excesivamente determinante (al menos, la impresión en el público) aunque es bien sabido que, aparte de dinero, meten mucha mano en el resultado.

Siempre que leo cosas como éstas o me planteo preguntas similares, pienso en Baz Luhrmann, que casi siempre ha contado con el mismo equipo, lo cual resulta obvio en sus películas.

¡Saludos!

Rosenrod dijo...

Hay que reconocer que el montador es bien importante, Pequeñoibán. Si, simplificando, las escenas serían las letras, en cierta forma es el montador el responsable de la gramática; es decir, de construir la frase y luego todo el discurso. Me gustaría saber cuántos directores se emplean a fondo en la sala de montaje, y cuántos delegan en sus montadores... Pero claro, tienen un problema: ellos no crean algo de la nada, sino a partir de materiales ajenos previamente creados. Pero, lo que sale de sus manos... ¿es nada?

¡Jajajaja, sería una solución, Thalatta! Pero, ¿cómo se repartirían entonces los derechos que genera una película? (que, al final, es de lo que se trata).

Eso es cierto, Donnie. Como una sinfonía es de Barenboim, de Karajan, de Mehta... como si la tocase toda él sólo. Aunque, de alguna manera, dejan huella de su personalidad (es un hecho que la Novena de Beethoven, por ejemplo, no suena igual según quién la dirija...). Tema complicado, pardiez, para el que confieso no tener una opinión clara.

Muchas gracias, Atuaire. Salut para ti también!

Álex: me parece una definición genial; y estoy bastante de acuerdo... incluso me gusta la palabra "gestor": desde ese punto de vista, incluso la ausencia de personalidad de la mayor parte de la producción cinematográfica de nuestros días sería un estilo en sí mismo en el que todo debe cuadrar. Pero es cierto que, a veces, cuando ves el trabajo de un director artístico creando el concepto de una película, te dices: "¿y por qué esto lo convertimos inmediatamente en un hallazgo del director?" Supongo que porque él es el que ha dado cancha a ese profesional, y ha logrado que lo demás se integre... pero a veces me avergüenzo, como cinéfilo, de no conocer suficientemente el trabajo que hace esa gente, algunos de ellos repitiendo en películas fundamentales (porque el público no tiene ninguna obligación de saber de eso, ni falta que le hace): siempre que he tenido ocasión de aprender algo al respecto, he intentado aprovecharlo. Me parece de justicia.

¡Jajajaja, Marnie! Visto así, sería la profesión más admirada: ¿quién querría ser prota, pudiendo ser montador? :) Y respecto a lo de los efectos especiales: al poco de colgar el post, me acordé de Douglas Trumbull: ¿qué hubiese sido de "Blade Runner" sin él? Y, por supuesto, felicísimo año también para ti.

Lucinda, es interesante eso que dices: de hecho, cuando repasas los créditos de las películas de los grandes, sueles encontrarte más o menos a las mismas personas. Y tiene que ser una gozada poder llegar a trabajar así de compenetrados.

Un saludo y gracias a todos!

M.M. dijo...

Sumamente interesante el tema que apuntas. Sin embargo, no sabría que contestarte.
Todo gira en torno al reconocimiento. Si, por ejemplo, quiere un montador hacerse llamar "autor", no es más que por el reconocimiento.
Partiendo de ahí, opino que son meras terminologías sin más importancia de la que queramos darle a ese grupo de letras. El director va a seguir siendo quien es y el montador también. Los que manejan el cotarro seguirán haciéndolo y el que trabaja para ellos, obedeciendo, sin más.
Por tanto, no creo que deba darse demasiadas vueltas a como llamar a este o al de más allá.

Un saludo!!

Matías Cobo dijo...

La verdad es que planteas un tema muy interesante. De hecho, si me produce gran respeto comentar una película, es porque siempre trato de ser consciente de la gran cantidad de personas que han puesto todo su esfuerzo y arte al servicio de un proyecto. Por eso, estoy contigo: el cine es un arte colectivo y, dada la complejidad de un trabajo con tantas inquietudes y sensibilidades implicadas, resulta increíble cuando todo sale bordado y el resultado es una joya del cine o, en general, del arte.

Me parece bien el reconocimiento al director de fotografía, pero de similar importancia se me antoja la labor del montador. Esencialmente, porque ambos toman decisiones de carácter artístico y no se limitan a buscar soluciones técnicas a problemas de orden pragmático.

Y en el caso del director, la analogía que se le podría buscar es bien sencilla: al igual que un director de orquesta vela porque todo sea perfecto en la interpretación de una obra, éste hace lo propio al supervisar cada uno de los procesos de creación de un filme.

Un saludo.

Peggy dijo...

he descubierto este blog , me gusta , te visitare

Marede3 dijo...

Cuánta razón!! Pués si, la verdad una peli es de todos, el director, el productor, el guionista, la fotografia, la iluminación, los actores, la musica...... es un equipo!
Besos

JRB dijo...

Lo de considerar autor al director de fotografía ha surgido a raíz de "Alatriste", donde la fotografía era lo único brillante y lo único que no pudo destrozar Agustín Díaz Yanes.

Feliz año!

Anónimo dijo...

Feliz año,

Es interesante el debate pero habría que diferenciar un poco el pais y las condiciones de cada rodaje.

Es decir, no es lo mismo un montador en USA que aquí, y digo esto porque en EEUU (a menos que haya algo raro) el director no puede pisar la sala de montaje, es decir que el montador hace lo que quiera (creo que el productor si que puede meter baza, pero no estoy seguro) y en cambio en España el director puede acudir con el montador y decirle lo que quiere etc.

Yo no estoy al nivel profesional, ya que en mis trabajos no se cobra, pero he tenido casos en los que el montador básicamente soy yo pese a tener a alguien en esa función. Esto es que estamos los dos y básicamente le digo como quiero y donde quiero que haya un corte etc. Su función en esos casos es la de facilitarme el trabajo y en caso de dudas, él aconsejarme su modo de verlo o proponer algunas otras maneras.

Luego también he trabajado en el sentido de dar libertad de montaje y luego ver el resultado, y a partir de ahí decir lo que me gusta y lo que no, y lo que cambiaría.

El montador es muy importante, al igual que el resto de apartados que componen un equipo, pero hay casos en que depende del director pueden tener más mano para "crear" o ser "autores", y otras en las que se limitan a ser "artesanos" que hacen lo que se les pide.

No sé si ha quedado un poco claro, jeje.

Todo depende, ya que si el director tiene todo ultra claro, la función del resto del equipo es realizar eso que él comenta y enseña con bocetos, fotografías etc. Como en el Sr. de los anillos, que Jackson tenía la película montada con storyboards, con diálogos y todo antes de empezar a rodar. Aunque en esa película si que hubo un gran equipo porque si no es imposible.

Bueno que me estoy extendiendo demasiado.

Está claro que para que salga algo bueno tiene que haber un equipo. Y un mal director puede hacer una buena película si sabe rodearse de gente capacitada.

Anónimo dijo...

Hmmm, es que establecer el tema de la autoría en terminos absolutos e indiscutibles es un aspecto prácticamente imposible... ahora la mayor duda que me queda y no has planteado.... qué sucede cuando una película forma parte de una saga con un estilo definido.... ¿el autor es la propia saga por las indicaciones de casi obligado cumplimiento que impone? ¿Lo son los responsables d elas entregas anteriores? ¿los son los de la nueva ¿en todo momento han sido accesorios esos responsables? ¿ein?

Rosenrod dijo...

Puede ser, Nüx. De todas formas, hoy he leído que el Colegio de Directores de Cataluña se ha manifestado en contra de considerar a los directores de fotografía autores: según ellos, no hacen más que seguir lo que les dice el director.

Creo que en ese aspecto sí que estamos bastante de acuerdo, Matías. Pero quizá no sería mala cosa darle al César lo que es del César...

Bienvenida, Peggy. Pásate cuando quieras.

Y bien nutrido, Lluna. Hay títulos de crédito que son verdaderamente kilométricos...

¡Jajajaja! Buena maldad, Varg. Y feliz año también para ti.

Es interesante eso que dices, Álvaro, eso de que una película mal dirigida puede salvarse con unos buenos profesionales... aunque me temo que suele pasar lo contrario.

Bueno, Freddy: si lo aplicamos al campo televisivo, ¿importa quién dirige cada episodio? Para nada. ¿Quién le da la personalidad entonces a la serie? El productor.

Un saludo!

Anónimo dijo...

Hmm, mi comentario iba más de la mano de las sagas cinematográficas... por ejemplo... quién daría personalidad a una nueva entrega de Star Trek? (vaya, si se pone a un director con la intención de alterarla en parte no se aplicaría... pero caso de tirar de continuismo?)

Roger Crunch dijo...

Ahí, ahí, metiendo el dedo en la llaga hasta que sangre.
Si algunas pelis se anuncian como "de los creadores de Fofita, una foquita la mar de salada" o "de los que llevaban el catering en Matrix" ¿porque otras no se anuncian como "del montador que sobrevivió a Tony Scott" o "del montador parapléjico de Abbas kiarostami"? ¿PORQUÉ?

Rosenrod dijo...

Pues no sé muy bien qué decirte, Freddy, pero al caso "Star Wars" me remito: ¿de verdad importa algo que "El imperio contraataca" la dirigiera Irvin Kershner, y "El retorno del Jedi", Richard Marquand?

¡Jajajaja! Pues fíjate, Crunch, que con esa frase promocional, contarían con una entrada segura: la mía.

Un saludo!

Alvaro G. Loayza dijo...

Hola, me gustó mucho el post y el debate que provocó. Has abierto un campo demasiado amplio de discusión, y en mi opinión en el cine como arte coral hay muchísimas facetas artísticas en las que se puede incluir los vestuaristas, los compositores, los directores de arte, obviamente los fotógrafos y un largo etc., los montadores son esenciales en el proceso, su arte sería el de dar ritmo a la película (entre otras cosas) que no es poco, pero independientemente de esto me adscribo a las teorías del autor nouvellvaguianas en la cual el director es la firma que vale, sin descrédito y menoscabo a todos sus imprescindibles colaboradores, sino porque él es el "orquestador", el "gestor" o el director técnico (utilizando una metáfora fútbolera) que coordina todos los talentos de uno y otro lado para lograr una filme, que en muchos casos plasma una visión que es la que el mismo director pretende imprimir, en ese caso el cine de autor. Al fin y al cabo, puede haber cine sin guinistas, sin montadores, sin escenógrafos, sin actores, lo único realmente imprescindible es una cámara y alguién que le haga su visión.
Me gusta mucho tu blog y quisiera invitarte al mio, el-lar.blogspot.com , saludos, Alvarex

Rosenrod dijo...

Álvaro, bienvenido: la verdad es que es un tema que difícilmente se puede resolver en un post; como he comentado, hay veces que una película reside más en un guionista, o en un montador, que en el propio director, sobre todo cuando hablamos del cine comercial... pero sigo sin tener muy clara una opinión, lo confieso.

Un saludo! Me paso por tu blog.