¡Pobres adolescentes! No sólo se acumulan los estudios que nos vienen a decir que reúnen lo peor de lo peor (son promiscuos, violentos, desobedientes, descreídos... vamos, lo que se dice una bomba a punto de estallar) sino que, encima, cuando algo les gusta, todo el mundo les viene a decir que eso que les gusta no es más que una tontería. “¡Bah! Son cosas de adolescentes” se ha convertido en una frase suficiente para enarcar la ceja y sentirse muy adulto y trascendente. ¿Que acampan para ver a los Jonas Brothers? Cosas de adolescente ¿Que corren como gacelas a abarrotar los cines para ver Luna nueva? Cosas de adolescente. Y además, les razonamos que si les están embutiendo moralina decimonónica disfrazada de trascendencia, que si están adocenados y manipulados, que si... Afortunadamente, mientras nosotros llenamos las salas para ver la muy adulta y profunda 2012, ellos no nos hacen ningún caso y van a ver lo que les apetece. Y es que, en el fondo, no acabo yo de ver tanta diferencia entre sus consumos culturales y el nuestro.
24 noviembre 2009
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3 comentarios:
Si en el fondo no existe diferencia, mas alla de ciertas referencias o gustos, consumimos (en la mallor parte de los casos) basura, tanto los adolescentes como "adultos", el problema es que ocurre algo que no ocurria antes, la omogenización de los avitos culturales y, donde más se nota es en la cultura infantil y adolescente...pero nada por desgracia está libre...perdón por el discurso. Saúdos e apertas
Felicitats pel "subtil" comentari, ens has ben picat les crestes i ens ho mereixem! Com a mínim ells (els adolescents)confien encara en canvis, en romanticismes, que la "brossa" pels adults és una nova hecatombe mundial, malgrat que vingui dels calendaris maies... quin avorriment tot plegat!
¡BAH!
Eso son cosas de adolescentes
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