Prejuicios, prejuicios, prejuicios. Tantos como granos de arena en la playa. ¿Un ejemplo? Las películas de terror.¿Cuántas cejas alzadas al oír las palabras Pesadilla en Elm Street, John Carpenter, Las colinas tienen ojos o Scream? No es serio, no es serio (te dirán), no es cine. No hablan de nada que nos incumba, son puro escapismo, o quizás algo peor: son enfermizas. Y no dicen nada de cómo somos.
¡Alto! Alto, ¿qué? Eso no es cierto. ¿Ah, no? Entonces, dime una sola escena de una película de terror, una escena que sea algo más que mera ocurrencia o casquería. Una sola escena que sirva para dejar un testimonio de la realidad que vivimos, algo útil, una reflexión... algo.
¿Algo? Sí, una sola cosa. ¿Una escena? Una, nada más que una.
(aquí, un momento de silencio)
Ya que me lo pides, te daré una. Una sola; pero podrían ser decenas:
Amanecer de los muertos, de Zack Snyder. Una buena mañana, el mundo se despierta envuelto en el caos: los muertos resucitan, hambrientos de carne y sangre vivas. Atacan a los que duermen a su lado, a sus hijos, sus hermanos, a sus compañeros, a los vecinos, a los extraños... Los supervivientes, más por suerte que por otra cosa, acaban reuniéndose en un centro comercial que atrancan por dentro: allí están seguros, tienen de todo. Nada puede pasar; buen lugar.
Pasa el tiempo. Al principio, sólo hay dos o tres zombis fuera, pero pronto son decenas, cientos, miles. Tienen un hambre atroz, están desesperados; mientras tanto, dentro, los únicos supervivientes pasan el tiempo de tienda en tienda, comen helados, visten ropa cara por la gorra, duermen y follan en camas de ensueño, cantan, se dan la buena vida... Incluso juegan al golf en el tejado: golpean las bolas que salen a toda velocidad; si le aciertas a un zombi en la cabeza, le matas: mil puntos.
En fin, todo un oasis. Una isla de consumo, llena de cosas que usar y derrochar mientras, afuera, cada vez más desahuciados, masas de desahuciados, presionan por entrar. El mundo se hunde, se va al carajo; pero, ¿qué importa? Nosotros estamos aquí, atechados, pasamos el tiempo. Afuera, la gente está muerta, o peor aún. Pero, aquí dentro, aún hay cerveza. Y whisky. Bebamos, que es gratis. ¡Todo es gratis!
Una metáfora brillante, ¿verdad? Lástima que sólo sea una película de terror.
AMANECER DE LOS MUERTOS. Dawn of the Dead. EE. UU., 2004. Color, 100 min. Director: Zack Snyder. Guión: James Gunn, a partir del guión de George A. Romero para la versión de 1978. Intérpretes: Sarah Polley, Ving Rhames, Jake Weber, Mekhi Phifer, Ty Burrell. Fotografía: Matthew F. Leonetti. Montaje: Niven Howie. Música: Tyler Bates. Producción: Marc Abraham, Eric Newman, Richard P. Rubinstein. Vista en: DVD.