22 diciembre 2006

LA VIDA Y LA MUERTE


Es el talón de Aquiles de una obra imponente, con vocación de clásico. Una escena ante la que incluso los más ardientes defensores de Munich (entre ellos el amigo Rob, que acaba de distinguirla como la mejor de este año que se acaba en su blog) muestran sus reservas.

Seguro que todos los que han visto la película saben a qué escena me refiero: la de Nueva York, cuando Avner, el protagonista soberbiamente interpretado por Eric Bana, hace el amor con su mujer, prácticamente alucinado, mientras el montaje nos va mostrando la secuencia completa de la matanza de los atletas israelíes (una matanza que, obvio es decirlo, él no ha presenciado).

Ríos de tinta han corrido sobre esta secuencia, que en general ha sido colocada en el debe de la película, en un apartado especial que podríamos definir como spielberadas: o sea, una muestra más de ese punto entre sentimentalista, facilón y excesivo que suele apuntar en sus películas (y que en algunas, más que un punto, se convierte en todo un borrón que hunde el film). En todo caso, la escena ha sido atacada por no cuadrar con el tono de una propuesta que encara el conflicto palestino-israelí con una sorprendente madurez en un cineasta que se había caracterizado, hasta ese momento, por una militancia a muerte y acrítica en favor del Gobierno israelí.

Por eso, Munich, sin abandonar su opción ideológica, introducía nuevos elementos que enriquecían el acercamiento a un tema tan doloroso y en carne viva. En gran parte gracias al extraordinario guión de Tony Kushner y Eric Roth, en el que cualquier maniqueísmo fácil queda reventado y en el que los dos bandos enfrentados tienen rostro, anhelos, hijos y se enredan en una violencia que se retroalimenta y en la que al final resulta imposible recordar por qué se mata y se muere. Y, entre el puñado de momentos que quedan grabados a fuego en la memoria, el plano de la muerte de la asesina fría y despiadada, que Spielberg, en una arriesgada y sobrecogedora pirueta, acaba convirtiendo en objeto de piedad.

Gran parte de la fuerza de la película reside en la coherencia que la recorre. Y esa coherencia, a pesar de lo que muchos dicen, envuelve también la escena que nos ocupa. Varios momentos en la película hablan del ansia por tener una tierra, una casa, una familia... símbolos todos de una entidad mayor, un pueblo, un país... algo que, al final del metraje, no queda claro si no es una simple abstracción presta a ser manipulada por los burócratas de turno (Avner sólo logra formar una familia cuando se aleja de su tierra, cuando se enfrenta a su Gobierno... cuando logra tomar las riendas de su vida y alejarse de la asfixia de tener que supeditarse a un fin superior que cada vez ve menos claro).

Y, en defensa de esa necesidad básica, que involucra a todos (como vemos en la conversación con el terrorista palestino, el otro, el enemigo con un rostro joven, humano, en la que le pregunta por qué morir por un secarral), late un impulso aún más potente, más íntimo: el de la vida, la supervivencia. Si a lo largo del metraje hemos visto la paradoja de que ese ideal sólo trae muerte y dolor sin sentido, Spielberg muestra, en la escena del apartamento de Nueva York, a una pareja entregada al sexo, la representación más potente de la vida, la más contundente prueba de estar vivos por su capacidad para engendrar vida.

Es un acto sexual exento de sensualidad, más rayano en lo alucinatorio, casi en lo místico, en el que ella llega a taparle los ojos con las manos, como si no quisiera que él viese las escenas de muerte... dos escenas, sin embargo, que, de una manera extraña, quedan conectadas, como si fuesen las dos caras de una misma realidad y compartieran un mismo origen, capaz de lo mejor y lo peor, de engendrar vida y de segarla.

Sólo un maestro como Spielberg podía atreverse con una metáfora tan arriesgada y cargada de significado, plenamente coherente con el discurso de la película. Un planteamiento que podrá ser discutido ideológicamente (es una película de tesis que busca precisamente eso, abrir el debate) pero que, cinematográficamente, es de una contundencia artística intachable, y desde luego muy rara en el cine comercial hollywoodiense.

P. S.
Sí, ya sé que este tema no es nada navideño. Pero esta posdata sí: pasad buena noche. Nos leemos a la vuelta, cuando hayamos hecho la digestión :) Un abrazo.

MUNICH. Munich. EE. UU., 2005. Color, 164 min. Director: Steven Spielberg. Guión: Tony Kushner, Eric Roth. Intérpretes: Eric Bana, Daniel Craig, Ciarán Hinds, Mathieu Kassovitz, Geoffrey Rush, Michael Lonsdale, Valeria Bruni Tedeschi, Mathieu Amalric, Marie-Josée Croze, Lynn Cohen. Fotografía: Janusz Kaminski. Montaje: Michael Kahn. Música: John Williams. Producción: Kathleen Kennedy, Barry Mendel, Steven Spielberg, Colin Wilson. Vista en: Cine y DVD (Warner)

30 comentarios:

Director's Cut dijo...

Soy fan y defensor de Spielberg, pero reconozco que no es de las mejores. La considero una película bien hecha, intrigante, con toques de maestría. Pero es algo confusa en algunos momentos, sucia y basta técnicamente ( o es la sensación que me produce ) y además el mensaje no queda muy claro, pues parece como si Steven quisiera decir algo comprometedor, pero al mismo tiempo agacha la cabeza como diciendo : "Uy, pero que he dicho?", no se explicarlo mejor ;)

Lo de la escena en la que recuerda los asesinatos... no es un fallo... creo que él era consciente de ello ( Spielberg ), simplemente era la oportunidad perfecta para dar un toque más sentimentaloide al film, que tanto le gusta. Pero que no deja de ser una cagada.

Un saludo crack!

Carles Rull dijo...

A mí me parece una Obra Maestra, y tanto la escena que citas, como la del asesinato de la sicaria holandesa, son increíbles (especialmente la segunda, que debería formar parte ya de la Historia del Cine).

Aprovecho, Rosenrod, para desearte unas muy Felices Fiestas !!!!

Natalia Book dijo...

Siento discrepar, pero quizás no ví la película el día adecuado y no logro ver muchas de las virtudes que decís.
Por ejemplo, me estropeó un poco la película la forma en que planifican los asesinatos. Creo que fue el primero, el que ocurre en el portal. No me acabé de creer la historia, la veía demasiado artificial. Tanto cambio de vehículos para no despertar sospechas y luego entran en el portal a ver si está realmente muerto...!!. A partir de ahí comencá a perder el hilo. Voy a darle otra oportunidad, estos días la voy a volver a ver (esta vez en VO) y os vuelvo a contar.
Quizás con vuestros comentarios pueda encontrarle una nueva perspectiva.
Saludos

Roberto García dijo...

No hace falta que vuelva a repetir lo grande que me parece esta película. Para mi, es la obra más madura del señor Spielberg, con la que puso toda la carne en el asador, con la que se ha mostrado más valiente e incisivo y ,como siempre, brillante narrativamente hablando y visualmente perfecto.

Spielberg hizo de "Munich" la combinación ideal de denuncia y cine espectaculo, porque de la manera en que está contada esta película es claramente la de un thriller en toda regla. Un thriller comprometido, sobre el porqué de la violencia, sobre el terrorismo (un tema recurrente presente, de un modo más o menos directo, en los últimos films de Steven) y las consecuencias mentales de la la crueldad de unos actos que marcarán la personalidad de un ser como Avne y entroncada con la paranoia de films como "La Conversación".

Un film con secuencias memorables, deudoras del mejor Hitchcock como la del telefono y el explosivo, momentos como el asesinato de la holandesa o el encuentro entre los diferentes asesinos a sueldo, que hacen grande a una película totalmente imprescindible.

En cuanto a la escena de la polémica, el momento sexual de Avner y su esposa (sexual pero más que eso, paranoico, enfermizo) es, como bien dice Rosenrod, una arriesgada metáfora hecha con toda la intención del mundo por el señor Spielberg, con el riesgo que ella conllevaba.

Una obra de arte del amo del cine espectaculo, en su film más adulto y magnifico, cargado de lecturas.

Que mejor manera de felicitar las navidades del 2006 que con la mejor peli de este año.

Un saludo cordial de parte de "El Séptimo Cielo" y los mejores deseos para estas navidades!

Feliz Navidad!

Anónimo dijo...

La escena esa tan polémica no la considero una spielberadas, sino pésimamente resuelta y asi es imposible que cumpla el cometido que busca Spielberg.. ¿Que el maniqueismo facil queda reventado en el guión? ¿Y el personaje de Daniel Craig por ejemplo? En fin, que va a ser que estoy lejos de ser fan de Munich y puedo comprender que se la defienda como una buena película, pero de ahí al fanatismo elevándola a los altares del cine de algunos... como que ni de lejos...

Anónimo dijo...

¿Pa qué voy a molestarme a repetir por enésima vez lo mediocre y sobrevalorada que me parece? Si es lo queréis, seguid con la venda puesta, pimpollos :P

Eso sí, yo también le deseo que sobreviva a estas fiestas como mejor pueda. A usted y a todos sus contertulios, incluso a aquellos que tienen mal gusto y defienden "Munich" XD Besos!

Anónimo dijo...

En realidad, Spielberg toma prestada una idea ajena mil veces sugerida o directamente mostrada (per example... la escena de "Europa" de Lars Von Trier, en la que los protagonistas hacen el amor en un vagón de tren mientras que en el departamente de al lado un hombre se suicida).

Spielberg la resuelve como una metáfora evidente del asesino con conciencia. De hecho, ninguno de los miembros del equipo han sido entrenados para matar. No son asesinos. Del mismo modo que los terroristas palestinos lo son por pura inercia.

Para mí es brillantísima. Una gran película en la que nada sobra y conviven la tradicional narración Spilberiana, siempre limpia y fluida con un emborronado tono pesimista que no deja opción a ninguna esperanza.

Eric Bana se sale, hacía tiempo que no veía a un actor transmitir angustia o remordimientos (atención al detalle de su voz original y su leve temblor que perdura durante casi toda la película) sin necesidad de gesticular como un poseso ni gritar cada dos minutos.

Y no, no se moja. Todos aquellos que le achacan el no hacerlo me recuerdan el discurso racista de Larry Fishburne en "Los chicos del barrio". Un narrador no panfletario debe exponer de modo fidedigno y dejar que sea el espectador quien saque conclusiones. Un narrador inteligente no impone su pensamiento del mismo modo que un espectador inteligente no se lo deja modelar por otros.

Dicha la tontería. Disfruta de estos días, Rosenrod.

Libertino dijo...

Feliz Navidad!!!

Natalia Book dijo...

Lo prometido es deuda. Esta tarde he vuelto a ver la película. Lo siento, a mí también me parece sobrevalorada y hasta aburrida, y no quiero extenderme aquí en todo lo que pienso sobre ella. Al menos lo he intentado. Dos veces. Así es el arte. ¿Subjetivo?
Saludos a todos :)

Dani Darko dijo...

Merry Crismas Rosenrod! Ahí, Munich, el espíritu de la Navidad echo película (a mi tb me parece un PELICULÓN).

Rebe dijo...

Totalmente de acuerdo con lo que comentas Rosenrod. Soy una gran fan de Spielberg, es mi director favorito, y considero a "Munich" una de sus mejores obras, y por supuesto una de las mejores de este año (o del año pasado, según como se mire xD). Para mí, la gran olvidada de la pasada edición de los Oscar, junto con la maravillosa "El Jardinero Fiel". Y en cuanto a la escena que comentas, sí que parece mientras se está viendo que es un gran fallo, pues no tiene nada que ver con el tono de la película, pero si lo vemos desde la perspectiva que comentas tiene todo el sentido del mundo. A ver que nos trae próximamente el tito Spielberg.

Un abrazo y Feliz Navidad!! :D

Rosenrod dijo...

¡Uau! Me encanta la Navidad y la armonía :)

Director's, lamento discrepar en este punto: la película me parece un modelo de narración, de montaje, de manejar varios hilos y abarcar multitud de lugares y momentos. Posee un puñado de secuencias dignas de ser enseñadas en una clase de cine: después de dejarnos a medias con "La guerra de los mundos", en un tiempo récord hizo una obra modélica. ¡Ahí es ná!

Cineahora, lo mismo para ti: y la escena de la asesina es, como dices, perfecta... pero me daba menos juego para el post: sobre ésa hay más consenso.

Natalia, lo siento: habrás tenido la sensación de perder el tiempo (al menos, eso es lo que me pasa a mí en un caso parecido). Y sí: eso es lo que tiene el arte, y es estupendo.

Rob, ¿qué se puede añadir a un análisis tan detallado? Lo suscribo todo... ¡y la felicitación también! :)

¡Jajajajaja, Marnie destroyer! Un millón de gracias, y lo mismo para ti. Los reyes te traerán toneladas de carbón, pero que sepas que no es nada personal XD

Suscribo el halago a Bana, Álex, uno de los mejores actores aparecidos en los últimos años. Disfruta tú también estos días, y que tengamos la oportunidad de escribir miles de tonterías sobre cine... ¿y lo que mola?

¡Libertino, feliz Navidad para usted también, of course! A ver si el año que viene consigue por fin su propósito de dominar el mundo...

¿"Munich" una película navideña? No lo había visto así, Dani, pero... ¡qué diablos! ¿Hay algo más navideño que, con el frío que cae fuera, ponerse en el DVD una joya como ésta? And merry Christmas for you, too.

Lo que estaba claro es que, con las ampollas que había pisado, difícilmente podría rascar algo en los Oscar, Rebe: pero tampoco lo necesita. Y témome que tío Spielberg debió quedar agotado el año pasado, y tardará en volver... ¿quizá con "Indiana Jones 4"?

Gracias a todos, y ¡bienvenida la discrepancia!

Anónimo dijo...

A mi me gustó la escena y en general toda la película que dura casi 3 horas.
No creo que pueda decir una sola cosa que no me haya gustado...

Am, no sé mucho acerca de las inclinaciones políticas de Spielberg, no sé si es sionista o no, pero sobre Munich el cónsul de Israel en los Ángeles dijo lo siguiente:
"La película es superficial, pretenciosa y problemática".

Mientras Spielberg se defendía diciendo que su película era una "oración por la paz"

En fin, me gustaría saber qué pensaba el cónsul sobre la Lista de Shindler...

De todos modos, si hay algo que NO es esta película es superficial, pretenciosa...problemática? Seguro. Pero eso no es problema de la película, sino de quién la ve.


Enlace: http://www.elmundo.es/elmundo/2005/12/12/cineclu/1134402378.html


La recomiendo encarecidamente en V.O, en su doblaje al castellano, pierde bastante.

Sayury dijo...

No he visto la película porque no me atrae demasiado el argumento pero la escena del encuentro sexual tal y como la cuentas me parece una metáfora perfecta de la pulsión de vida frente a la muerte...

Saludos navideños desde Rod@ndo y cuidadín con los empachos!! ;-)

atuaire dijo...

Me gustó la película, más me gustó el guión, la dirección es de un buen Spielberg -no el mejor-, fotografía muy correcta, interpretaciones excelentes y el tempo -unos dicen que es muy lenta- me parece adecuado, todo depende de si el tema te interesa y te engancha o no.
Feliz Navidad Rosenrod.

Anónimo dijo...

Mejor carbón! Al menos te lo puedes fumar!

Anónimo dijo...

Spielberg en plan autor-comprometido. El rey midas del cine alternó la filmación de esta película con la de la más que notable "La guerra de los Mundos". La película se deja ver, y como todas las películas de Spielberg, contiene momentos brillantes, como los de la colocación de las bombas, pura tensión fílmica que para sí hubiera querido el mismísimo Hitchcock. Aunque, como dices en la crítica, adolece de un cierto sentimentalismo barato en momentos poco oportunos que, para postre, la alargan innecesariamente.

Excelente crítica Rosenrod, ¡que vaya bien la Navidad!

Dcine dijo...

Yo también soy fan de Spierlberg, que a estas alturas ya se encuentra entre el Olimpo de los dioses de Hollywood (actual y anterior), y ésta película me parece otra muestra mayúscula de su maestría. Pero también es verdad que cuando vi la película me choco bastante esa escena. Quizás sea demasiado directa la metáfora, casi descaradamente evidente, por eso comparada con secuencias tan brutal y magistralmente resueltas como la de la "ejecución" de la fría asesina en Holanda, quizás chirríe un poco, aunque de todas formas, y como muy bien dices, no deje de ser coherente, tanto con la película como con el propio Spierlberg (o al menos con su trayectoria hasta ahora y lo que se sabe de el por sus declaraciones).

Una obra maestra (le pese a quién le pese, que al parecer son muchos) digna de estar entre lo mejor del año.

Un saludo,
Barry Collins

Anónimo dijo...

Qué decir... Totalmente de acuerdo con Rosenrod. La escenita de marras, criticada hasta la saciedad, también me parece a mí coherente con lo que la película nos cuenta. Yo la veo como una especie de catarsis del personaje, que explota, en ese momento íntimo, todo su tormento acumulado.

Obra maestra, la mejor del año y la mejor de Spielberg. Para mí.

Anónimo dijo...

Pues me vas a permitir Roserond dos cosas

1. Llevarte la contraria. Opino que esta escena es bastante buena al contraponerla con la matanza y explicar justo al final el desncadenante de toda la pelicula. Vale si, sobre las gotas de sudor de Bana. ¿O no?

2. Desearte una Feliz Navidad!

Rosenrod dijo...

Sí señor, Mikyma: esa disparidad de opiniones es la mayor prueba de lo inesperado del mensaje de Spielberg.

Se hará lo que se pueda, Sayuri, pero no garantizo nada :) Feliz Navidad también para ti.

Feliz Navidad, Atuaire.

¡Jajajaja! Hombre, no sé qué tal será lo de fumar carbón, Marnie. Si al menos fuera alquitrán... :)

Lo mismo para ti, Rutenman.

Me uno a lo de obra maestra, Barry; y, como digo, a la reinvidación de la escena de la ejecución de la asesina.

A mí tampoco me chirría, Max; Spielberg ha tenido cosas bastante peores.

Pequeñoibán, no me queda muy claro lo que quieres decir del sudor de Bana... pero el deseo de feliz Navidad no deja lugar a dudas, y ¡me adhiero y te correspondo! :)

Un abrazo para todos!

Anónimo dijo...

Es que en lugar de "sobre" querían poner sobran las gotas de sudor de Bana en esa escena, absolutamente exageradas y artificiales

Anónimo dijo...

Por cierto, que una película sea coherente dentro de una pelicula no la hace buena (sí, lo digo por el comment de Max XD).

Por cierto, qué tal ha ido la comilona navideña?

Rosenrod dijo...

¡Ah! Entendido, Pequeñoibán.

Buffffff... en plena digestión estoy, Freddy. ¡Qué malo que es esto!

Un saludo!

Anónimo dijo...

Hola Rosenrod, permíteme una corrección cuando digo:

"Aunque, como dices en la crítica, adolece de un cierto sentimentalismo barato".

Me refería a un comentario que había leído por aquí, pues ya sé que en tu crítica no dices tal cosa, pero es que escribí ésto mientras tenía "Humol amalillo" de fondo y así no se puede trabajar oiga ;)

Saludos!

Rosenrod dijo...

¡Jajajaja! Entonces, todo se entiende :)

Un saludo!

Mar dijo...

Creo que ya me he puesto al día con el blog jejeje y bueno ahora tendré que ponerme al día con la película (no la he vistoooo ainsss)
Besos.

Rosenrod dijo...

Pues te la recomiendo, Thalatta.

Un beso!

Matías Cobo dijo...

Bueno, tenía pendiente la lectura de este texto porque tenía mucho interés en él. También he hojeado el encendido e interesante debate que en torno al mismo ha habido. A mí me gustó la película y me parece una de las mejores de Spielberg después de 'La lista...'. Pero en lo de la escena de marras, usada también en otros momentos del metraje, pues creo que sobra. Simplemente, añadiré parte de lo que puse al respecto en la crítica que escribí sobre la peli tras el estreno:

"(...) Sus casi tres horas de metraje no pueden justificarse por la reiteración de unos ‘flashbacks’ sobrevenidos a la mente del protagonista cuando éste ni siquiera vivió aquellos hechos en primera persona. El último de esos recuerdos-pesadilla, mientras hacer el amor con su mujer en EE.UU., es difícilmente inteligible y parece fuera de lugar. Quizá Spielberg, envuelto en una historia más oscura de lo habitual en él, en la que difícilmente pueden verse bondades entre sus protagonistas, quiso usar esas imágenes de falsos recuerdos como los asideros morales a los que el agente del Mossad Avner (Eric Bana) se acoge para apaciguar su conciencia y justificar sus actos.(...)"

Un saludo, y feliz año.

Rosenrod dijo...

Pues puede ser, Matías. Lo cierto es que, tanto detractores como defensores, coinciden: es una escena que se sale del estilo del resto de la película. Pero dudo mucho que el maestro Spielberg dé palos de ciego...

Un abrazo y, ¡feliz año también para ti!