31 octubre 2007

NACE EL BLOGDELABUTACA.NET



Pues sí, los chicos de LaButaca.net, al parecer no contentos con el ingente trabajo de mantener su web, han decidido dar un paso más y han creado el BlogdeLaButaca.net (¡toma ya chulería!) Una completa plataforma que cuenta con las secciones de Estrenos, Noticias, Opinión, DVD, Videojuegos, BSO, Clásicos y Enlaces, y que contará con la participación de todos los que colaboramos con la web. Creedme: si es de cine, está aquí; y os invito a que os paséis: no os arrepentiréis.

[+] Mis primeras colaboraciones en el BlogdeLaButaca.net: De Niro, Pacino y Nicholson, esos vagos; "Soy leyenda"... porque el cine me ha hecho así, y "Adiós, pequeña, adiós", o cómo perdemos un mal actor para ganar un buen director

28 octubre 2007

LA DECEPCIÓN






Una historia potente, medios, actrices conocidas... y sin embargo, con estos mimbres, Emilio Martínez-Lázaro apenas ha sido capaz de montar en Las 13 rosas algo más cercano a un telefilm que a una verdadera película. Sin duda, una de las decepciones del año.

[+] Mi crítica de Las 13 rosas en LaButaca.net

25 octubre 2007

ANIMANDO A LITTLE NEMO



No hace falta descubrir a estas alturas a Little Nemo, el personaje creado por el gran Winsor McCay, a nadie que ame los comics. Las aventuras del pequeño que, en cada entrega dominical (se publicaban en el New York Herald, y la primera y mejor serie se sucedió entre 1905 y 1911) terminaba cayéndose de la cama en la última viñeta, viviendo un mágico y onírico (nunca mejor dicho) viaje por el fantástico mundo de Slumberland, son aún hoy un prodigio por su calidad, el juego con las perspectivas, la imaginación...

Winsor McCay fue, además, uno de los padres de la animación, y sus trabajos, teniendo en cuenta los años en que fueron concebidos, son de una calidad y una belleza realmente impresionante. Tuve ocasión de ver algunos de ellos hace más de un año en el blog, ahora suspendido, de Marnie la Litrona. Pero acabo de descubrir, trasteando por YouTube, el que dedicó a su personaje más famoso. Y ése es el corto que ahora os traigo. Muy curioso porque, aunque verdaderamente animados son sólo los dos últimos minutos (aunque la espera merece la pena, porque, si tenemos en cuenta que el corto es de 1911, el resultado coloreado a mano es verdaderamente soberbio), todo lo que antecede, la ironía sobre el inmenso trabajo que suponía crear miles de dibujos, es todo un guiño, ahora que la animación tradicional fenece, a lo que fue el verdadero milagro de dar vida a lo que no era más que una ilusión (y, ¿no es eso el cine?).

Señoras y señores; con todos ustedes, Winsor McCay y Little Nemo:

22 octubre 2007

EL DEBATE MÁS CANSINO



Curiosa la situación de la cartelera: llevamos cuatro semanas en las que se han ido estrenando algunas de las apuestas más importantes del cine español para este año, dos de ellas notables (Mataharis, de Icíar Bollaín y Siete mesas (de billar francés), de Gracia Querejeta), una correcta opera prima (El orfanato, de Juan Antonio Bayona) y, eso sí, una decepción (Las 13 rosas, de Emilio Martínez-Lázaro). Y además, bastaba pasarse este fin de semana por delante de cualquier sala en la que estuvieran proyectando la cinta de Bayona para quedarse boquiabierto ante las colas y darse cuenta de que sí, que el cine español de calidad es capaz de interesar al público cuando cuenta historias que enganchan, tienen intérpretes creíbles, producción cuidada...



O sea, exactamente igual que cualquier cinta, venga de donde venga. Porque, al final, de lo que hablamos es de buenas o malas películas, y de nada sirven los que descalifican todo lo que se hace en España en su conjunto, como si fuera lo mismo (¿qué tienen que ver las películas citadas con Caótica Ana, con Café solo... o con ellas?, con La soledad (quizá la joya española del año), con En la ciudad de Sylvia, con Lo que sé de Lola, con Ekipo Ja, con Bosque de sombras, con Concursante o con cualquiera de los miles de trabajos que pueden verse en festivales y sesiones minoritarias, pero en los que están involucrados decenas de creadores, entre ellos muchos de talento?), como los que, en una absurda defensa a ultranza, endogámica y acrítica, caen en absurdos como aquella gala de los Goya en la que la entonces presidenta, Mercedes Sampietro, atacó las grandes producciones de Hollywood como si fueran inferiores (con especial mención a Harry Potter y Shrek, que no creo que sean precisamente lo más impresentable que nos ha llegado del otro lado del charco).




¿Dejaremos a un lado de una vez los tópicos, tanto de un lado como de otro? ¿Es casual que las propuestas de Bollaín, Querejeta y Bayona carezcan de los supuestos “lugares comunes” de nuestro cine (sexo gratuito, sesgo político, violencia)? ¿Podremos, por fin, ponernos de acuerdo y juzgar una a una las obras que se estrenen, sin regalarles nada pero también sin condenarlas a priori?

Sí, ¿podremos o, por el contrario, tendremos que resignarnos a que destruir o ensalzar, sin un juicioso término medio, sea nuestra forma habitual de aproximarnos a todo?

19 octubre 2007

ME RÍO, ¿ES GRAVE?




Defitivamente, va a ser verdad que trabajar para la Disney tiene consecuencias. O por lo menos, a esa conclusión puede llegar uno cuando le cae en las manos algo tan retorcidamente divertido como El libro de los conejitos suicidas, de Andy Riley; un señor que, por lo visto, es un atareado guionista de programas para la televisión y el cine británicos, además de la película Gnomeo and Juliet (?) de los herederos del tío Walt.

Pero, a esta faceta, Riley une la de dibujar una tira semanal para The Observer Magazine y la de haber creado, también como ilustrador, una serie disparatada en la que el humor negro reina sin límites: en efecto, sus viñetas mudas en las que tiernos conejitos ingenian mil y una maneras para pasar a mejor vida nos ponen una sonrisa en la cara
que sólo, cuando lo pensamos mejor, pueden traer consigo algún remordimiento. En el fondo, ¿de qué nos reímos? ¿Es que tiene alguna gracia ver a esos monísimos roedores pegarse con cola a la cubierta de un submarino a punto de sumergirse, corriendo a ponerse delante de una jabalina que ellos mismos lanzan, permaneciendo pacientes bajo una estalactita, o tomando el sol mientras el resto de los animales van subiendo al arca de Noé? (y eso, sólo por citar algunos ejemplos descriptibles con palabras).

Pues sí, lo confieso: tiene mucha gracia, por esa extraña combinación que Riley consigue de ternura y gamberrismo, de brutalidad calculada e ironía. Y cómo no, no podía faltar el guiño cinematográfico, con suicidios en los que La guerra de las galaxias o Atracción fatal sirven de imaginativa inspiración. Claro que nada que ver con mi favor
ito, el que abre este post: el uso adicional que un conejito es capaz de obtener del teletransporte de Star Trek, esa cosa que todos deseamos que inventen pero ya para aliviarnos de tanto atasco y estrés.

Y eso es sólo una muestra: en las páginas de este libro, encontraréis muchos más ejemplos. Y os aseguro que, por mucho esfuerzo que pongáis, la sonrisa se os asomará; ya veréis cómo sí.

16 octubre 2007

CORRECCIÓN ANTE TODO



El orfanato
es una película correcta a la que en nada benefician las excesivas expectativas ni una actriz tan limitada como Belén Rueda. Y si de corrección hablamos, una bien británica: la del remake de La huella. ¿Y Michael Caine? Soberbio, claro; ¿qué esperabais?

[+] Mi crítica de El orfanato en LaButaca.net
[+] Mi crítica de La huella en LaButaca.net

[+] Recordando a 'Los otros', en Cinempatía
[+] Buen Orfanato, pero ¿de nuevo fantasmas y caserones?, en Tras las puertas
[+] Preestreno: 'La huella'. Buen 'remake' de Branagh, en Tras las puertas

[+] Un, dos, tres, toque a la pared..., en La espiral roja

13 octubre 2007

¿CACHARROS EN LA CABEZA? DE PHILIP K. DICK, FIJO



Es una contradicción estupenda: a pesar de ser uno de los autores más atractivos, el universo literario de Philip K. Dick es casi imposible de aprehender por el cine. De hecho, la adaptación más fiel, respetando los particulares temas y estilo del autor de El hombre en el castillo, resulta también, por paradójico que pueda parecer, una de las más insatisfactorias cinematográficamente hablando. Porque uno no puede más que sentir simpatía ante los denodados esfuerzos de Richard Linklater por ser fiel a un libro tan complicado, sugerente y con tantos niveles como Una mirada a la oscuridad, pero hay que reconocer que el resultado, A Scanner Darkly, parece una versión de cartón piedra de lo reflejado en el libro.

De hecho, si uno pasa lista a los proyectos mayores que han partido de novelas de Dick, ¿qué similitudes encuentra? Pocas; dejando a un lado telefilmes y filmes de bajo presupuesto, ni Blade Runner parece tener mucho que ver con Desafío total, ni Paychek con Minority Report, ni Next (¡horror!) con la peli de Linklater. ¿O sí?


Si en algo se parecen, es que todas han tomado como base ideas presentes en los relatos de origen, pero luego han seguido sus propios caminos. Lógico, si sobre todo se tiene en mente lo comercial: no hay nada menos fácil o filmable que una novela de Dick, especialmente las de su última etapa. Y sí, es verdad que, aquí y allá, aparecen los temas de la obra dickiana: las dudas sobre lo que es real y lo que no (algo presente en el concepto de humanidad de los replicantes scottianos, pero también, no lo olvidemos, en la propia estructura del relato de acción de Desafío total), los poderes extrasensoriales (predicciones del futuro en Minority Report y en, ¡puag!, Next) o los robots que se erigen en perfectos simulacros de los seres humanos (Blade Runner de nuevo). Curiosamente, el tema de las drogas sólo ha sido tratado abiertamente en la cinta de Linklater.


Pero ninguna de ellas, salvo esta última, se atreve a llegar a sus máximas consecuencias, independientemente de que, en algún caso, se consigan obras sobresalientes (las de Scott, Verhoeven y Spielberg, por supuesto). Pasa un poco como con Yo, robot, que cogía las tres leyes de la robótica de Asimov y a la doctora Susan Calvin (bastante más mejorada en su versión de celuloide, todo hay que decirlo), pero poco más. ¿Lícito? ¿No lícito? Poco importa: lo que cuenta es el resultado.

Aunque hay algo que me hace gracia: parece que, en toda película basada en un relato de Dick que se precie, tiene que haber, por narices, una escena en la que al protagonista le encasquetan un aparato o, en su defecto, alguien quiere examinarle el ojo (en las fotos que acompañan este post tenéis las pruebas). Claro que ninguno tan ridículo como Next, con una escena que parece sacada de un remake de saldo de La naranja mecánica y que, para colmo, no viene a cuento... bueno, como casi todo en ese enorme peñazo protagonizado por Nicolas Cage, y que no salva ni la Jessica Biel, que ya es decir.

10 octubre 2007

FESTÍN DE CINE


¡Menudo festín de buen cine!: Promesas del Este y Siete mesas (de billar francés); David Cronenberg y Gracia Querejeta; Mortensen, Watts, Mueller-Stahl...; Maribel Verdú, Blanca Portillo, Jesús Castejón... ¿Por qué no tendremos más fines de semana de estreno así, por qué?

[+] Mi crítica de Promesas del Este en LaButaca.net
[+] Mi crítica de Siete mesas (de billar francés) en LaButaca.net

[+] De nuevo, el mejor Cronenberg, en Cinempatía
[+] La mafia rusa en Londres, en Cinempatía
[+] Londres oscuro en "Promesas del Este", en Tras las Puertas

07 octubre 2007

DELICIA DE ORIGAMI



Como todos sabréis, el Festival de Sitges ya está en marcha. Los blogs rebosan de comentarios, críticas e informaciones sobre él; espero que continúe con el buen nivel de los últimos certámenes. Y la advocación bajo la que se va a celebrar no puede ser mejor, el sacrosanto nombre de Blade Runner y este estupendo cartel, un originalísimo homenaje a la cinta de Ridley Scott en el que el archiconocido unicornio de origami (vulgo papiroflexia) se ve enfrentado a un descomunal e imprevisto rival también hecho de papel: el King Kong que cada año visita la costa catalana. Un afiche ante el que, desde luego, sólo cabe quitarse el sombrero. Ojalá no nos lo volvamos a poner de aquí al día 14.

04 octubre 2007

ROLES FEMENINOS



¿Que La extraña que hay en ti es ambigua? ¡Anda, que si llega a ser evidente! Y, con Mataharis, Icíar Bollaín ha firmado, sin duda, la mejor película española de lo que llevamos de año: una auténtica joya.

[+] Mi crítica de La extraña que hay en ti en LaButaca.net
[+] Mi crítica de Mataharis en LaButaca.net

[+] Jodie Foster se pone vengativa, en Cinempatía

[+] 'Mataharis' no mata pero hiere, en Tras las puertas

01 octubre 2007

MINUTOS MUSICALES (II)



DONDE LOS LEONES LLORAN

Hablar de John Williams, qué duda cabe, es hacerlo de uno de los popes de las bandas sonoras, y que ha tenido en sus colaboraciones con Spielberg varios de sus trabajos más memorables. Desgraciadamente, Inteligencia Artificial no se cuenta entre sus partituras más inspiradas... salvo el tema que ahora ofrecemos, que acompañaba además una de las mejores secuencias de esta irregular película. El viaje desde Rouge City, la ciudad del vicio, a una Nueva York apocalíptica e inundada, con la imagen imborrable de los grandes leones de piedra "llorando", tiene en este fragmento un perfecto correlato.

John Williams, The Mecha World. BSO A. I. (2001) (6:23 min.)





OSCURA BELLEZA

Tideland, la última película (esperemos que no en un sentido literal) de Terry Gilliam, nació predestinada para la polémica. Esta versión sórdida y oscura de Alicia en el país de las maravillas no es, desde luego, plato para todos los gustos. Y sin embargo, una belleza extraña recorre sus imágenes, un contraste entre la fealdad, e incluso brutalidad, de lo que se muestra, y la fuerza de la poesía. Por eso deja marca la banda sonora de Mychael y Jeff Danna, porque su delicadeza contrasta con lo mostrado, como en este momento en el que la pequeña Jeliza-Rose se sienta en el regazo de su fallecido padre, ya en proceso de descomposición, y le habla como si aún estuviese vivo... No podía ser mayor la confrontación entre lo que vemos y lo que oímos, de ahí la fuerza de esta pieza.

Mychael y Jeff Danna, In the Chair With Daddy. BSO Tideland (2005) (1:45 min.)





¡FIESTA!

En general, soy de los que piensan que las recopilaciones de canciones no forman una verdadera banda sonora... salvo en contadas ocasiones, como en las películas de Quentin Tarantino, un auténtico buscador de rarezas que luego le encajan como un guante a sus películas. Death Proof, claro, no podía ser una excepción; y si no, vaya aquí este ejemplo, la canción con la que se cierra la cinta, la relajación festiva tras el costoso triunfo de las tres chicas. Que, para colmo, no he podido quitarme de la cabeza desde la primera vez que la oí, y que sirve de perfecto broche para esta pequeña selección.

April March, Chick Habit. BSO Death Proof (2007) (2:07 min.)


[+] Minutos musicales (I)