31 mayo 2007

DESCRÍBEME LA LUZ


La verdad es que lo de escribir sobre cine es algo que siempre me ha despertado contradicciones, aunque en realidad no otra cosa sea lo que haga en este blog (ambas cosas, escribir sobre cine y tener contradicciones).

Entiendo muy bien los libros biográficos, las enciclopedias, todo lo que se refiera a una acumulación de datos, algo así como las descripciones técnicas de un cuadro o una escultura (técnicas, dimensiones, dónde está la obra, cuándo se realizó, etc.). Pero cuando nos adentramos en los terrenos de la teoría, ahí no puedo evitar sentir que piso suelo poco firme: ¿hasta qué punto se puede teorizar sobre lo que, en esencia, puede no ser más que un estímulo estético que despierta una sensación, un estado de ánimo, en nosotros?

Hagamos un experimento: imaginémonos a un interlocutor ciego. Supongamos que intentamos explicarle con palabras un plano de Dreyer, que queremos hacerle entender lo que el maestro danés fue capaz de hacer con la luz; sería totalmente imposible, nada que se construya con palabras podrá siquiera aproximarse, y no porque la palabra sea inferior, sino porque discurre por otros caminos, su capacidad de sugerencia y construcción de belleza acude a otros mecanismos, y a veces su forma de atacar es oblicua, no directa como la potencia del cine; uno y otra pueden igualmente perdurar u olvidarse, pero a la vez son muy diferentes. Por eso, reconozco que siento incomodidad cuando me sumerjo en algún análisis teórico de la obra de un creador que admire porque, en demasiadas ocasiones, siento que alguien está atrapando una hermosa mariposa para clasificarla, barnizarla, pincharla y mostrarla, reducida a una comprensión fácil pero inmóvil y sin vida, una especie de fotocopia lujosa de lo que fue cuando aún volaba.

No recuerdo a quién, pero una vez leí en algún sitio a alguien que afirmaba que la aparición del cine había cambiado nuestra forma de soñar: el hombre contemporáneo, influido por el lenguaje audiovisual, había introducido en sus sueños los travelling, los fundidos, los cortes de plano (claro que, cuando se lo comenté a un buen amigo, éste me replicó que, en realidad, era el cine el que había imitado a los sueños... no sé si es así, pero no me diréis que se trata de una respuesta más que sugerente)... y lo mismo había ocurrido con el resto de las artes: en literatura, por ejemplo, ya nadie describe una habitación de manera prolija a como lo hacía Tolstoi: ahora leemos "la alcoba de una aristócrata rusa", y ya la tenemos en nuestra mente fijada, con mucha probabilidad, por la vista en alguna película.

Las palabras, los libros y el cine. Una relación fructífera pero también complicada. Y cuidado con los teóricos: en demasiadas ocasiones parecen pagados por los enemigos del cine.

P. S. Este desbarre nació durante un paseo por entre las casetas de la Feria del Libro de Madrid, que ya ha instalado sus reales en el Parque del Retiro, con el estupendo cartel que encabeza el post y que, desde luego, va más que sobrada de propuestas para todo tipo de lectores cinéfilos, sesudos o no. Están todas las editoriales especializadas, y resulta bastante curioso comprobar cómo publicaciones hasta hace poco no demasiado apreciadas, como el cómic, han logado abrirse paso entre el montón de volúmenes que se muestran. Y si no, ahí está el éxito de 300, que lleva camino de convertirse en uno de los títulos más vendidos de la temporada, ¡quién se lo iba a decir al "bueno" de Miller!

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante eso que dices sobre como el cine cambia nuestra manera de soñar o de representar mentalmente ciertas realidades.

A mí me pasa que constantemente, en el día a día, me vienen a la cabeza escenas y situaciones de películas que he visto que guardan relación con lo que me pasa. Igual que le ocurría al protagonista de aquella serie de Canal+ (¿"Sigue soñando?).

Hay libros de cine buenos y malos. Los hay ligeros y espesos. Y luego está el Lacrimae Rerum...espeso espeso.

Pili dijo...

Estoy de acuerdo con tu amigo... Eso he pensado yo también al leer tu frase de que el cine ha cambiado nuestros sueños... Opino que el cine imita a los sueños y, junto a la literatura, no creo que haya mejor forma de soñar.
'300' está pasando bastante desapercibida por aquí. Los piratas caribeños la han relegado a un ... pfffffnésimo puesto?

Paxton Hernandez dijo...

Qué post tan bello!

Lo del ciego me parece un metáfora muy valiosa. Y habría que ver si ese ciego lo ha sido toda su vida o sólo una parte de ella.

Si ese es el caso creo que sí puede haber APROXIMACIONES para teorizar sobre un filme a base de palabras.

Y sí autores, hay buenos, malos y excelentes. Nunca está de más regresar a los teóricos clásicos, que sí, estaban enamorados por el cine.

Saludos al felino,

Anónimo dijo...

Marinero (Alberto Q.)
www.lacoctelera.com/Traslaspuertas

Gran feria del libro. Yo voy todos los años. Esta vez he estado un par de días y creo que volveré...

Las casetas de Arte 9 y otras dedicadas a tiendas de comic triunfan y buena parte de ello es gracias a Miller y su 300.

Saludos

Rosenrod dijo...

Zizek, el pensador de moda, Varg. Y que tiene el aliciente de apoyarse en películas de ahora mismo, aunque es verdad: espeso, espeso... Aunque confieso que hay una "espesura" que a mí me fascina, "Esculpir en el tiempo", de Tarkovski.

¿De verdad, Pili? Vaya, va a ser verdad que los quebecoises (¿dícese así, verdad?) son un mundo aparte.

Yo pensaba en un ciego de nacimiento, Paxton, porque supongo que quien ha visto alguna vez sí puede recordar la luz e intentar hacer un esfuerzo imaginativo. Y digo "supongo" bien adrede, porque me parece una situación sencillamente inimaginable para los que no la sufrimos...

Y no sólo, Marinero: no olvidemos el gran éxito que ha sido Purita Campos con "Las nuevas aventuras de Esther". Que no todo van a ser aguerridos troyanos ni sufridores superhéroes... :)

Un saludo y, ¡buen, cinéfilo, lector y lo que cuadre fin de semana!

BUDOKAN dijo...

Muy elocuente esta problemática que planteas sobre el mundo de la escritura cinematográfica y los problemas que conlleva. Antes que nada para mí el cine es una experiencia de ritual y por eso siempre antepongo el placer de los sentidos. Saludos!

Anónimo dijo...

Interesante post. Yo diría que de alguna forma, es el arte la que imita a los sueños. Pero que también, de alguna forma, el arte alimenta a los sueños.

Todo aquello que nuestros sueños no han podido ver, lo conseguimos captar a través de los sueños de otras personas, que han mirado de proyectoarlo en algún tipo de arte, en este caso, el cine.

Un saludo!

Mar dijo...

(me encantan estos post que no comentan una película en concreto, o el mundo del cine en general)
Complicada mezcla literatura y cine, sí... a mi después de leer una historia y haberle puesto imágenes (igual con planos generales, contrapicados o ¡vaya usted a saber!) me resulta muy difícil imaginarla de otra manera, pero hay veces que lo consiguen y entonces ¡ahhh, qué maravilla!.
Envidio el paseo por la Feria :)
Besosss

Maria Del dijo...

Grandes descubrimientos del ser humano: el fuego y el lenguaje,sin olvidar que el que descubrió el fuego las pasaría canutas para exlicarlo.
Estoy de acuerdo en lo de que el cine ha cambiado nustra manera de soñar.
De todas formas creo que lo que nadie describe hoy es lo que ya se ha descrito antes con pelos y señales, lo que todo el mundo conoce, por ejemplo, ahora alguien te dice eso se ve como en el Canal Plus y lo entiendes,pero aun me acuerdo de uno que llego al colegio y dijo "¿Sabeis que van a poner una tele que ahora la ves y ahora no?" y por muchas explicaciones que daba teniamos que imaginarlo como cuando a mi padre le dijeron lo que era un televisor.
Un saludo

Anónimo dijo...

La palabra y las imágenes, un diálogo que se remonta al inicio de los tiempos y ha conseguido que cada una se convierta en vía de expresión autóctona.
Una abrazo.

Rosenrod dijo...

Pra mí hay también algo intuitivo, instintivo y muy emocional en el cine, Budokan...

Lo que pasa es que las artes visuales se han mostrado como más poderosas a la hora de forjar nuestro imaginario, Radikal; creo que eso es lo que marca la diferencia.

Tienes toda la razón, Tha: cuando eso sucede, es una auténtica maravilla.

¡Jajajaja! Es un ejemplo genial, María.

Y que a cuando se logran complementar son imbatibles, Gregorio.

Un saludo!

Matías Cobo dijo...

También a mí me resultaba de lo más contradictorio escribir sobre cine, pues la experiencia de un filme es algo tan subjetivo y personal que resulta casi imposible ser equilibrado y justo a la hora de escribir sobre una película. Pero también existen los cine-fórums (¿acaso no es eso, aunque sea de forma virtual, lo que hacemos cuando escribimos un blog y comentamos en otros?) como ámbitos para reflexionar sobre un filme merecedor de tal acto, y me parecen experiencias de lo más enriquecedoras.

Es complicado, como dices, pormenorizar en palabras los sentimientos que puede evocar un filme, pero sí que es indudable que el cine, hayamos visto más o menos, ha influido de forma determinante en nuestras vida a quienes hemos nacido con él entre nosotros.

Un saludo

Carles Rull dijo...

Y siempre existe ese eterno debate, o tópico, sobre que una novela es sieeeeempre mejor que la película.
Yo añadiría a favor del cine las dificultades que entraña el proceso de creación fílmico.
Mientras que la novela, o la escritura, es obra de un SOLO autor, que controla (con permiso de las editoriales) todo el proceso; en cine se hace necesario la labor de todo un equipo para materializarla.
Y eso sin contar con los a menudos requisitos comerciales... y es que producir una película cuesta muchísimo más dinero, y muy pocos serán los que estén dispuestos a arriesgarse para invertir sólo en arte.
Además, ¿tenemos los suficientes conocimientos para interpretar la escritura cinematográfica o audivisual? Hoy en día, por ejemplo, el bombardeo de imágenes es enorme (publicidad, videojuegos, telediarios, teleseries...), ¿pero cuanto asimilamos? ¿que sabemos realmente "leer"?
... ¡Bueno! No me alargo más. Excelente post.

Anónimo dijo...

Imposible sería hablar del cine si el cine fuera 100% sensibilidad.
pero el cine es más o menos intelectual también (más si sos godard, menos si sos wong kar wai).

yo creo que se pueden decir muchas cosas y muy interesantes que hacen que mirar cine sea una experiencia distinta. pienso en deleuze, en adorno que lo detestaba. borges.

en fin.
no sé. no comparto, no comparto jajaj.

saludos