24 julio 2007

UNA PEQUEÑA HISTORIA


Una de esas pequeñas historias que le dan sal a la vida diaria, y que pertenece a un buen amigo mío. Sumergidos en una de nuestras interminables charlas de cine, me contó cómo, de niño, se quedaba embobado mirando los grandes carteles de los cines del centro de Madrid, esas enormes superficies en las que se reproducían a mano, y en tamaño más que considerables, los posters de películas que, en aquellos años, podían llegar a permanecer meses y meses en cartelera.

De todos ellos recordaba uno en especial, de una película de terror de tantas como se hicieron en los sesenta y setenta en nuestro país, y que se anunciaba con la reproducción de un cartelón pintado, probablemente, por Jano o alguno de los artistas que por entonces firmaban gran parte de la cartelera. Y la mente de aquel niño o adolescente se fijó sobre todo en la figura femenina, que destacaba entre un buen número de zombis con la insinuación permitida para la época (que no era mucho, evidentemente, pero la imaginación de quien miraba completaba el cuadro).

Pasaron los años, pasó media vida pero, en algún lugar remoto de la mente, quedó hibernando el recuerdo de aquel cartel. Hasta que un buen día, unas décadas después, y conversando con una pareja de vecinos del mismo barrio residencial en el que ahora vive, descubrió que ella era... la misma actriz nórdica, ahora en la cincuentena, que presidía el cartel que tanto le impresionara de chico. Un cartel del que, por cierto, la ahora señora le regalará una reproducción, después de que él le confesara su admiración adolescente. Y así, de una extraña forma, un pequeño círculo se cierra.

Como digo, una pequeña historia, de ésas que no cambian la vida de nadie. Una historia de pequeñas ilusiones, de las que ayudan a sobrellevar otras más rutinarias u ominosas. Y, en todo caso, una historia preciosa, de las que uno secretamente envidia.

14 comentarios:

Silvia García dijo...

Buah, lo que daría yo por conocer algun día a mis idolos adolescentes... Si es envidiable la verdad...

Carles Rull dijo...

Pues sí que es suerte. Hay que ver lo que el destino puede depararnos en ocasiones. Si casi parece que ese cartel estuviera hecho a medida de su amigo.

Mar dijo...

Sí que es bonito, esas casualidades de la vida...
Yo recuerdo más que de adolescente, de muy niña, las películas aquellas malísimas del forzudo Maciste, es un recuerdo vago... vaaaago...
Feliz mañanaaa, besos

Rosenrod dijo...

Bueno, bueno, Silvia: tienes tiempo y ¡nunca se sabe!

Desde luego, Cineahora. Y puedo entender perfectamente su emoción.

Jo, pues al Maciste me da que va a ser más difícil que te lo encuentres, Tha :)

Un saludo!

e-catarsis dijo...

Nostálgico te leo ¿no?, como puedes ver la realidad casi siempre supera a la ficción ¿no te encanta?
:)) Besos

Cobre dijo...

Es una historia realmente preciosa!, y muy curiosa. A veces la vida nos depara pequeñas sorpresas ¡o casualidades!, y si, es cierto q no cambian la vida, pero dan una buena alegría!.
Yo recuerdo como de pequeña me impactó y me enamoró una peli en blanco y negro q desde entonces encabeza mi lista de favoritas, Nosferatu. Qué maravilla!. Un poco complicao q me encuentre con el prota.. ;)

Besazos!

Tunia dijo...

Que historia¡¡¡nunca se sabe lo que te depara el futuro.
Ojalá me pasara lo mismo con George Cloony, aunque no me conformaria con una reprodución de un cartel....
Saludos

Anónimo dijo...

Jo, una historia genial. Lo que yo daría por que se mudaran a mi barrio Molly Ringwald, C.Thomas Howell y los dos Coreys...

John Trent dijo...

Curiosa historia, desde luego, además de buen cartel. Que tiempos si, aquellos, que no viví por cierto, en los que las películas duraban meses en cartelera, y que semana tras semana tenían igualmente éxito, sin descender un 50% y olvidarse al cabo de tres o cuatro semanas (cuando no menos) por culpa de la competencia.
Y ahora que lo dices, a ver si me pongo de una vez con el cine de terror español de los sesenta y setenta, que no conozco demasiado, por no decir casi nada.

Por cierto Rosenrod, que lo de la quedada, a la que creo que tu te apuntaste al final, sigue presente en mi cabeza, aunque en el blog ya haya pasado a los archivos. Así que, a ver cuando se puede y lo anuncio de nuevo, pero ya de forma oficial. Yo lo mismo tengo estudio de alquiler en breve, así que, se podría hacer una mini quedada, en plan maratón cinéfago, unas birras y demás. Ya os contare.

Rosenrod dijo...

Pues sí, E-catarsis. Si no fuera por estas cosas...

Hombre, casi mejor, Cobre :) Pero tienes toda la razón: "Nosferatu" es una joya.

¡Jajaja! Ya me imagino, Tunia.

Varg, confieso que he tenido que rastrearlos por san Imdb, que en este momento me has pillado totalmente out. ¡Eso sí que es una cinefilia refinada y exigente! :)

Reconozco que tampoco soy un experto, John, pero estoy convencido de que tiene que haber pequeñas joyas (entre bastante basurilla, claro, pero me temo que eso no es algo exclusivo de nuestra cinematografía). De hecho, me fastidia que, cuando se habla de la historia del cine español "oficial", parece que ese cine no hubiera existido, cuando fue una de las pocas ocasiones en que este país estuvo cerca de tener una verdadera industria (porque, no nos engañemos, lo bueno necesita siempre un sustrato "menos bueno", por ser suave, que lo abone). Y, en cuanto a la quedada, ya me dirás. Yo quedo mañana de vacaciones, pero aún estaré unos días por Madrid.

Gracias a todos!

JRB dijo...

Hombre, ni tan refinada ni tan exigente mi cinefilia, que son los actores de las pelis que ponían por las tardes en la tele local. De "Papa Cadillac" a "Dieciseis velas" o aquella peli en que Thomas Howell se hacía pasar por negro para conseguir una beca en Harvard.

John Trent dijo...

Coño, pues si que te había dicho lo de la quedada. Ando yo mal últimamente… ¡muchas horas de trabajo!

Rosenrod dijo...

Lo dicho: eso sí que es un "star system" personal y hecho a medida, Varg.

Trabajar es fatal, John, no lo dudes.

Un saludo y buen fin de semana!

moneybookers casino dijo...

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