13 septiembre 2007

EL SEÑOR EN SU CASTILLO



Definitivamente, algo pasa para que una película como El señor de la guerra durara un suspiro en nuestras pantallas el verano pasado, confundida entre las decenas de estrenos anodinos que se acumulan en la cartelera en esas fechas en las que los distribuidores parten de la idea previa de que las meninges de los espectadores se derriten a la misma velocidad con la que avanza la canícula. Porque, en un tiempo en el que desde los márgenes, e incluso desde el mismo centro de la industria, Hollywood nos factura producciones de aparente interés social, esta cinta de Andrew Niccol se destaca como una de las más inteligentes, cínicas y desesperadamente escépticas de las realizadas en ese nuevo subgénero llamado "voy a explicaros el mundo".

Por supuesto, había leído buenas referencias de la película, como el estupendo comentario que Matías Cobo publicó en su momento en su blog, pero no fue hasta que puse el primer pie en las vacaciones, con las consiguientes visitas al videoclub para rellenar lagunas, que he tenido ocasión de verla. Y el resultado me ha deslumbrado; es más, hasta me ha hecho disfrutar de una interpretación de Nicolas Cage, no os digo más.

Porque sorprende el ácido que recorre cada segundo de una película en la que Yuri Orlov, el personaje de Cage, nos narra su vida desde que, a princ
ipios de los ochenta, era un inmigrante ucraniano más en Estados Unidos, y cómo el descubrimiento del potencial del tráfico de armas le permitió forjarse su propio sueño norteamericano, conseguir a la mujer de sus sueños (una famosa modelo que había crecido en su mismo barrio sin prestarle atención), vivir en el barrio más exclusivo de Nueva York, vestir trajes caros, desplazarse en una limusina con chófer... el acceso a todas las promesas de un triunfo que, de otra manera, le habrían sido negados, recluyéndole en el restaurante familiar, sirviendo comida tradicional para compatriotas con un horizonte tan limitado como el suyo.

Porque Yuri Orlov supo estar en el sitio justo en el momento adecuado: el fin de la Guerra Fría, el derrumbe de la Unión Soviética, dejó un excedente de armas nunca usadas, guardadas para un conflicto que nunca estalló, y a las que les sobraba posibles compradores, especialmente en unos países africanos en los que a nadie importaba lo que sucediera mientras las potencias occidentales continuasen teniendo acceso a los recursos naturales.

Sí, es cierto: la película no descubre la pólvora. Pero lo que la aleja de producciones tan supuestamente concienciadas como Diamante de sangre es que aquí, a pesar de que no nos hallemos totalmente libres de una cierta moralina, e incluso de pequeñas espitas para aliviar algo la mala conciencia, no existe un final feliz, ni una conversión repentina del protagonista, ni un sistema
que se da cuenta de lo que sucede y reacciona. Lo más parecido a un final feliz es que el protagonista recibe un castigo peor que la cárcel, pero ni eso le aparta de lo que hace, ni cambia nada. Porque, en el fondo, a nadie le interesa cambiar; y porque la industria armamentística es un poderoso conglomerado básico para las economías desarrolladas, y un apoyo imprescindible para disfrutar de tantas comodidades como nos rodean a diario.

Y todo ello, con momentos memorables, como cuando el sanguinario presidente de Liberia, ante las acusaciones de pucherazo electoral, muestra ufano un periódico norteamericano con la noticia del fallo del Tribunal Supremo en las elecciones del 2000, proclamando ufano que qué lecciones se supone que le iban a dar los estadounidenses; o el detalle realmente cáustico de que, durante un período de tiempo en el que intenta cambiar de vida para hacer negocios legales, ante la mirada arrobada y orgullosa de su mujer, Yuri se retira del tráfico de armas... para esquilmar la madera y el petróleo de esos mismos países (eso sí, todo muy legal)... o los títulos de crédito, imprescindibles para quedarse atrapado desde el primer fotograma, y que aquí os acompaño. Os aseguro que lo que va desde ellos hasta el final merece la pena:





El señor de la guerra
Lord of War EE. UU., 2005 122 min.

Escrita y dirigida por Andrew Niccol
Interpretada por Nicolas Cage, Ethan Hawke, Jared Leto, Bridget Moynahan, Ian Holm
Montaje de Zach Staenberg
Fotografía de Amir Mokri
Música de Antonio Pinto
Producida por Philippe Rousselet, Andrew Niccol, Nicolas Cage, Norman Golightly, Andy Grosch, Chris Roberts

16 comentarios:

Roger Crunch dijo...

A esta le tengo muchas ganas.
Los titulos de credito son sencillamente magistrales.

un saludo

Javi Suárez dijo...

Me encantó esta película. El cinismo de Yuri lo borda a la perfección Cage. Ésta y 'Al límite', de Martin Scorsese, son las únicas películas de Nicolas Cage que valen la pena.

Matías Cobo dijo...

Gracias por la referencia. Y me alegra que te haya gustado. Comparto al 100% tu impresión del principio. ¿Cómo pudo esta cinta estrenarse de tapadillo, usando un cartel inapropiado para su contenido y desechando el excelente y multipremiado de su estreno norteamericano, en un verano repleto de medianías? En fin, yo tuve suerte de poderla ver en el cine aprovechando la única semana que estuvo en cartelera por mi tierra.

Los títulos de crédito, como apuntas, geniales y muy en sintonía con el toque irónico y de crítica que mantiene todo el discurso de la película.

Y efectivamente, como dices, hasta Nicolas Cage, cosa que es casi noticia, está muy bien y contenido.

Un joya que, al menos, otros podrán podrán descubrir gracia al necesario ejercicio del 'boca a boca' que, por ejemplo, ejerces tú ahora con tu comentario.

Un saludo.

Matías Cobo dijo...

A lo que apunta javimental, yo añadiría otros trabajos de Cage: entre ellos, el memorable de Leaving Las Vegas u otros destacables como Raising Arizona. Aunque, probablemente, está empeñando su buenos inicios con un exceso de superproducciones en la actualidad.

Paxton Hernandez dijo...

Estoy de acuerdo. Ésta es una joyita en verdad, ninguneada por (casi) todos, tanto crítica, taquilla y premios. Pfff, ellos se lo pierden.

Saludos!

El Criticón dijo...

Gran película, sí señor. Me gustó toda entera...

Pero es lo que comentas, compañero... ninguneada por muchos. Es lo que tiene la (poca) publicidad...

En fin!

Hatt dijo...

Yo es que no puedo con Cage. Creo que Corazón Salvaje y Leaving las Vegas son las únicas en las que lo puedo aceptar.

Nos leemos.

Anónimo dijo...

No es la típca peli que revienta taquillas, igual por lo mismo por lo que la gente se muere en el tercer mundo; la gente aquí piensa:¿y que?
Eso si, peliculón..

Luis Amézaga dijo...

Me apunto la recomendación para mi próxima visita al expendedor de debedés, que será este fin de semana, supongo. Políticamente incorrecta. Bien. Respecto a la duración de las películas en cartelera es como la duración de los libros en las baldas de las librerías. Son productos más perecederos que una lechuga. El mercado cultural funciona abasteciendo de cantidad, sobre la calidad no opinan.

Rosenrod dijo...

No decepciona, Crunch; te lo aseguro.

Bienvenido, Javimetal. Y es cierto: a mí también me gustó mucho su interpretación en "Al límite". Pero reconozco que en prácticamente todas las demás se me atraganta el sobrinísimo.

La verdad es que, si no hubiese sido por comentarios como el tuyo, Matías, se me habría pasado, y habría sido una lástima. Y lo que apuntas del cartel es totalmente cierto: ¡qué horror de afiche, que para colmo hacía pensar que se trataba de otra cutre-cinta de acción!

Pues sí, Paxton; pero no deja de ser una pena que se la pierda tanta gente que, a buen seguro, podría apreciarla.

No deja de ser curioso a veces cómo eligen las películas a promocionar las distribuidoras, Criticón; porque seguro que esta cinta tampoco fue barata. Entonces, ¿para qué la hacen si luego la ningunean? (teniendo en cuenta que en EE. UU. no cogen ninguna subvención)

Lo mismo me pasa a mí, Hatt; pero dale una oportunidad en ésta: creo que está muy bien.

Sí, Jordi; y lo cierto es que es también una película incómoda, no te deja buen cuerpo; supongo que eso la convierte, automáticamente, en "anticomercial" o algo así.

Bienvenido, Luis; y tienes toda la razón. Cada vez más hay un aluvión que lo nivela todo, y en el que resulta imposible establecer unas prioridades...

Un saludo y buen fin de semana!

mixtu dijo...

a quedado curioso con la pelicula e con tudo que tiene de actual

abrazos europeos

Anónimo dijo...

A mi me encantó la película. Me la recomendó un amigo y dio en el clavo.

Nicolas Cage está en uno de sus mejores papeles y participa en una de sus mejores película (que vamos, ultimamente no es que ande muy sobrado).

Me gustan muchas cosas, muchas frases pero el discurso final de Nic a Ethan Hawke cuando le pide el periódico me parece simplemente brillante.

En plan Morfeo: "Bienvenido al mundo real, chaval".

Los malos siempre van de buenos. Y siempre ganan.

Anónimo dijo...

No la he visto, parece estar guapa,
salu2.

Mar dijo...

Puesss... tengo que verla, ví "Diamante de sangre" pero esta no, y eso que el Cage le encanta a mi hijo (yo no se si podré perdonarle la imagen en "El motorista fantasma" jejejej). Voy poco a poco
¡Hoy he visto Ratatouille! ¡qué gozadaaaaa!!
Besillosss

Rosenrod dijo...

Gracias, Mixtu; si tienes ocasión, échale un vistazo. Creo que tú vives en África, así que quizá puedas valorar mejor lo que cuenta le película.

Ese discurso es simplemente demoledor, Mykima.

Dale una oportunidad, Espineli; creo que no te defraudará.

Te gustará, Tha; estoy seguro, y a pesar del Cage (que aquí, insisto, no está nada mal).

Un saludo!

e-catarsis dijo...

¡¡¡Qué buen cine vimos!!!
Es una peli redonda
Los comments te los dejo a tí que lo que a mí me gusta es ir al cine...hijo es un vicio ( sin palomitas of course)
:))