Definitivamente, los rumbos del cine europeo discurren por el realismo, incluso por el costumbrismo. Verano en Berlín, último ejemplo hasta ahora llegado a nuestras pantallas de la cinematografía comunitaria, es un título más a añadir a la ya larga lista de películas que buscan, más allá de la evasión pura y dura, captar el estado de las cosas, la situación en un momento y lugar concretos, a la vez que levantan acta notarial del despiste y aturdimiento de una Europa que no sabe muy bien hacia dónde va.
Lo que antecede puede sonar rimbombante, sobre todo si tenemos en cuenta que, en la superficie, Verano en Berlín narra la historia (sencilla, cotidiana y más intercambiable que nunca desde que todas las cantidades se expresan en euros y podemos trasladarlas a nuestra experiencia diaria) de dos amigas treintañeras (una de ellas por poco tiempo, pues tiene "39 y medio") que tienen que lidiar con los fantasmas del empleo precario, la maternidad cuando estás divorciada y sin recursos, el alcoholismo y la lucha entre el deseo de independencia y la búsqueda de un hombre que cuide de ellas, y que ya no puede ser un príncipe azul, porque de esos no quedan.
Sin embargo, Andreas Dresen, apoyado en el guión de Wolfgag Kohlhaase (galardonado en el pasado Festival de San Sebastián), amplía el objetivo de su cámara para incluir en el cuadro los barrios populares, depauperados y conflictivos del antiguo Berlín oriental. No es casual que a lo largo de todo el metraje se inserten numerosas tomas callejeras, que parecen absolutamente reales, que pretenden tomar el pulso a una población que se debate entre los altos índices de paro, las escasas posibilidades de progreso y una delincuencia en auge ("estas cosas antes no pasaban", dice un anciano, justo después de haber sido objeto de un intento de robo en su propia casa, con él dentro). De hecho, si no fuera por la ausencia de mensaje doctrinal, por momentos podríamos creernos en el Manchester de Ken Loach, la Marsella de Robert Guédiguian o el Vigo de Fernando León.
A pesar del esfuerzo que dedica el guión a desarrollar con minuciosidad las peripecias de las protagonistas, más un novio machista y un hijo sumido en las sacudidas emocionales de la adolescencia, es en realidad esa percepción de una situación de precariedad comprensible por el espectador medio de España, Francia o Inglaterra, ese descubrimiento de que Berlín también tiene barrios en declive como los de Madrid, Barcelona, París, Nápoles o cualquier gran ciudad, la que hace que la película se eleve de la media de filmes costumbristas. Y en parte es donde reside el principal problema para que llegue a ser una obra redonda: tanta identificación acaba volviéndose en su contra, y más cuando falta una vuelta de guión que termine de trenzar los cabos desarrollados, que en el último tramo se atascan y hacen que el ritmo se ralentice.
Lástima, porque este Good Bye, Lenin! sin glamour podría haber volado mucho más alto. Pero la media es correcta, y los intérpretes (incluido el niño, muy ajustado) componen unos personajes absolutamente creíbles; y si además quiere hacerse una idea de cómo son esos barrios de Berlín que no le llevaron a ver en el tour-operador, mejor que mejor.
VERANO EN BERLÍN. Sommer vorm Balkon. Alemania, 2005. Color, 107 min. Director: Andreas Dresen. Intérpretes: Inka Friedrich, Nadja Uhl, Andreas Schmidt, Stephanie Schönfeld, Vincent Redetzki. Guión: Wolfgang Kohlhaase. Fotografía: Andreas Höfer. Música: Pascal Comelade. Producción: Peter Rommel, Stefan Arndt. Vista en: Cine.
aquells focs
-
Veig llençat, o perdut, mig colgat de terra, un vell encenedor amb el logo
d’una antiga discoteca que funcionava durant la meva joventut. Aquest no
er...
Hace 1 día
13 comentarios:
No la he visto pero me la apunto, aunque de todas maneras Good Bye Lenin me dejó bastante igual... sólo me llamó la atención que la música se pareciera tanto a la de Amelie
Te he dejado post en el de Eastwood!
un abrazo
Interesante a pesar de su final redondo...me la apunto ya que el costumbrismo europeo me interesa y más sobre una ciudad que quiero conocer ya...
Ysi: ojo, que lo de compararla con "Good Bye Lenin" es por que las dos nos ofrecen una mirada sobre el Berlín oriental, ése que no aparece tanto en las películas que nos llegan; por lo demás, se trata de dos títulos muy diferentes, tanto en sus historias como en su estilo ("Verano en Berlín" está rodada cámara en mano, en 16 mm. hinchados a 35 mm., de una forma mucho más realista).
Pol: pues sí que te servirá para ver la forma de vida en una zona concreta de la ciudad... que tampoco se diferencia, insisto, a la de los barrios que todos conocemos.
Un saludo!
No la vi el año pasado cuando estuve por San Sebastián, y me quedé con ganas tras el premio que recibió por su guión. También la anoto en mi cuenta particular.
En cualquier caso, como bien dices, se le puede agradecer el esfuerzo por intentar trazar un panorama, una casi análisis clínico de nuestra sociedad europea actual. El cine continental casi siempre lo ha hecho, y a veces con resultados portentosos.
A muchos quizá no guste este apego a lo real, pues van al cine, precisamente, para olvidar las crudezas de lo cotidiano, pero no por ponernos una venda o mirar para otro lado estos temas dejarán de estar ahí presentes. Creo que el arte hace bien en ocuparse de ellos de cuando en cuando.
Un saludo.
Tienes razón, Matías; algunas de las mejores páginas del cine europeo se han escrito precisamente cuando se ha propuesto captar la realidad del momento. No es que esta película vaya a dejar una honda huella en esta larga lista de películas, pero responde totalmente a esta tendencia.
Un saludo!
Me ha gustado mucho tu blog... Te hago un link desde el mío!
mi blog : http://www.ppbcblog.blogspot.com/
Saludos!!
me pasó tu adreç POL, gracias a él, gracias a vós.. coincidió q yo puse un post de la misma peli..
ca-u-sa-li-da-des?
besos
Sobre el acercamiento a lo real y a la sociedad actual...es cierto que es muy propio del cine europeo, pero yo me quedo con la forma que tiene de aproximarse a ella Michael Haneke, por ejemplo, otro ilustre alemán.
En el otro lado de la moneda, no me apasiona el "kevinloachismo", si bien es cierto que estoy poniendo el tema en términos un poco maniqueos, pero bueno, supogno que sabéis lo que quiero decir.
Un saludo, rosenrod!
Director's, muchas gracias y ¡bienvenido! Me paso a echarle un vistazo a tu blog.
Hola, Eskaks, ¡bonito gato! Me paso a ver qué te pareció la película a ti.
¡Pues sí que nos ponemos extremosos, Fer! Particularmente, también me interesa más la perspectiva de Haneke, aunque Loach tiene algunas películas muy notables (no todas). De todas formas, "Verano en Berlín" sería más loachiana que hanekiana... aunque, insisto, sin incidir tanto en lo doctrinal.
Saludos!
Carambas, pues a pesar de los matices críticos que haces al final, la película parece interesante en grado sumo.
La decadencia realista (costumbrismo) siempre me ha enganchado un poco, al menos sobre el papel, después, en el desarrollo, ya puede pinchar.
Una cosa, tampoco creo que todas las películas tengan que ser obras maestras o salir redondas, y todos los preliminares descritos me parecen ya muy buenos.(lo digo por los "peros" que siempre sacais los buenos criticos)
Seré carnívoro del alma humana pero todo retrato del “agarrarse a un clavo ardiendo” de un personaje desencantado, siempre me ha fascinado.
Salut
Rufus, nada que objetar. Lo que pasa es que sí que es cierto que, tratándose de uan película apreciable, no llega a dejarle a uno un recuerdo imborrable. Pero tienes toda la razón: no todas las películas tienen por qué ser obras maestras (de hecho, es imposible). Hay muchas películas que se salvan (o al menos yo las salvo) por un pequeño detalle: una escena, un diálogo, un escenario... Si tienes algo así, puede ser suficiente para salir del cine con una sonrisa.
Un saludo!
Me ha gustado aunque salí del cine con una sensación agridulce porque esa decadencia nos toca un poco a todos.
Saludos
Luzza
¡Luzza, qué buen reencuentro! Me alegra que te haya gustado, y me alegra volver a leerte por aquí.
Un beso!
Publicar un comentario