18 octubre 2006

EL PRIMER AMANECER


F. W. Murnau es uno de los pocos verdaderamente grandes, uno de los integrantes de la escueta lista de nombres a los que debemos la existencia del arte cinematográfico tal y como hoy lo entendemos. Si el genio alemán no hubiese decidido poner sus conocimientos artísticos al servicio de la nueva forma de expresión nacida al calor de la caja de zapatos de los Lumière, si el cénit de su existencia no hubiese coincidido con la ebullición de la Alemania de entreguerras, si su mirada no se hubiese educado en el manejo de la luz según los cánones expresionistas para luego expandirlos y hallar nuevos caminos expresivos, nada de lo que sentimos hoy cada vez que nos sentamos en una butaca de cine, o ante un DVD en nuestra casa, sería igual.

Cuando Murnau llegó al fin de su carrera, se había convertido en el responsable de entregar al cine sonoro un lenguaje visual afinado hasta la perfección, un medio que ya estaba listo para la metamorfosis, porque había elevado a tal grado la capacidad de crear belleza, que los márgenes de la pantalla se habían vuelto demasiado estrechos para contener su talento: sus películas ya hablaban (fue un maestro en el uso de los efectos sonoros y de orquesta). Por eso, quizá sea un acto de extraña justicia poética el hecho de que se matara en un accidente poco después de haber terminado el rodaje de su testamento fílmico, Tabú (co-dirigida con el mítico Robert Flaherty de Nanook el esquimal), única incursión, junto a El pan nuestro de cada día (de cuyo rodaje fue despedido por diferencias con los productores) en el sonoro.

Poco antes había dado la última gran película del cine mudo, y una de las mayores obras de arte de toda la historia del cine: Amanecer. Una cinta que, vista casi ochenta años después, parece recorrida por una extraña modernidad, un auténtico tour de force con el que Murnau intentó abrirse el mercado norteamericano después de deslumbrar con las soberbias El úlimo, Tartufo, y Fausto, y que, aunque obtuvo un gran éxito crítico, no recaudó lo suficiente en taquilla como para compensar el presupuesto invertido en ella (el mayor hasta entonces gastado en una producción cinematográfica), lo que le supuso la retirada de confianza del todopoderoso productor William Fox, aún a pesar de que ganaría tres Oscar en la primera edición de estos galardones: Actriz (Janet Gaynor), Fotografía (Charles Rosher y Karl Struss) y un explícito reconocimiento a la Contribución Artística.

Amanecer es puro artificio, y en ello descansa gran parte de su hechizo. Tanto la historia en el pueblo, con ese marido campesino que intenta matar a su esposa por la mala influencia de una chica de ciudad, como su reconociliación en la ciudad y el posterior desenlace con todos los ingredientes del suspense, no habrían dado de sí más que una ñoña historia sentimentaloide en manos de un director mediocre. Pero Murnau consigue lo imposible: planifica y diseña cada mínimo aspecto para que nos sintamos atrapados desde el primer fotograma, y no duda en poner en marcha todas las trampas que son la base del cine y que levantan un espectáculo soberbio, tanto en el caminar atormentado del marido que planea matar a su mujer y al que la cámara sigue, en un largo travelling, mientras avanza con dificultad por un pantano iluminado por la luna; como en la ejecución del mismo intento de asesinato, con un montaje y una dosificación que anticipan lo que, algunos años después, hará otro maestro, Hitchcock.

Y sin embargo, la película aún tiene tiempo de cambiar el registro, e introducirnos en una de las visita a una ciudad más espectaculares de la historia del cine, desde el largo plano secuencia en el que vemos, desde el interior del tranvía, la transición entre el paisaje rural y el urbano, hasta las escenas en las que, lograda la reconciliación, la pareja atraviesa las calles y entra en el parque de atracciones, una larga secuencia en la que comedia, poesía y espectacularidad van de la mano.

Queda el tercio último, retorno al pueblo, la espera ante el temor por la posible muerte de ella para al final reencontrarse y abrazarse mientras ven amanecer... el primer amanecer, por cierto, que veía el personaje de Brad Pitt al entrar en un cine de Nueva Orleans en Entrevista con el vampiro, un bonito regalo del director de Nosferatu a quien hacía tanto tiempo que se había convertido en un no muerto que no podía ver el sol.

Y nosotros, un poco como él, cada vez que llegamos a ese plano final, tenemos la sensación de haber visto amanecer por primera vez. Lo que sintió, a buen seguro, la multitud que asistió al estreno de la película en Los Ángeles y que, tal vez, fue consciente de estar viviendo un momento irrepetible.

AMANECER. Sunrise: A Song of Two Humans. EE. UU., 1927. Muda, blanco y negro, 106 min. Director: F. W. Murnau. Intérpretes: Janet Gaynor, George O'Brien, Margaret Livingston. Guión: Carl Mayer, basado en la novela de Hermann Sudermann Die Reise nach Tilsit. Fotografía: Charles Rosher y Karl Struss. Música: Hugo Riesenfeld, Timothy Brock (BSO de 1997). Producción: William Fox. Vista en: Cine y DVD (Vella Vision).

18 comentarios:

Pol dijo...

Menuda sorpresa, "Amanecer" situada en las antípodas de films como "Crank"...;).

Una de las obras maestras de la historia del cina donde Murnau introdujo un cantidad de innovacion visuales jamás vistas hasta la fecha: el uso del largo travelling hacia la casa; los flashbacks basados en superposiciones; el juego de claroscuros y de la luz, donde si nos se disponía de luz natural y sombras se pegtaban un par de brochazos en el suelo y listo; la brutal comparación campo(inocencia-bondad-esposa) con la ciudad (caos-corrupción-femme fatale); uso de animales...

En fin, que decir...gracias por recordanos este gran clásico.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Nosferatu definitivamente su obra clásica más reconocida. Su obra con un aparente eclecticismo no ayuda mucho aquellos que les gusta etiquetar. Algo que me gusta de este director es su obsesión por la estética, en este sentido me recuerda un poco a Kubrick.

Me gusta lo que nos haces recordar, un saludo ;)

Anónimo dijo...

Simplemente maravillosa. Ganadora del Oscar a a la mejor película, junto con "Alas" en la Primera entrega de dichos premios, es una película a la que no hace mella el paso del tiempo. Con pocas letras, la simple imagen nos cuenta todo lo que necesitamos, gracias al perfecto guión del gran Carl Mayer. Todo se comprende por mor de la poesía y fuerza dramática de las imágenes e intérpretes. No cansa un ápice e infunde un poco de miedo y vergüenza ajena al comprobar cómo, 74 años después de su realización, su visión nos conmueve de tal manera que nos damos, al mismo tiempo, cuenta de que el cine no ha avanzado casi nada. "Amanecer" es una de las películas más modernas que he visto en los últimos años, lo cual es una maravilla, sí, pero también un escarnio al cine actual. En fin, preciosa y conmovedora, una Grandísima Película de visión obligatoria.
Como curiosidad de rodaje, los rayos de luz que se ven en la iglesia están pintados sobre el decorado, y en la escena de la gran plaza, las casas del fondo son más pequeñas que las más próximas, y los peatones en segundo plano son niños y enanos.
En la secuencia en la que se ven dos trenes, uno elevado, en primer plano, y otro, al fondo, uno era de verdad y el otro de juguete.

Vade Retro dijo...

Sé que es imperdonable, hago aquí mi mea culpa, pero aún no la he visto.
Prometo buscarla. Me gusta leerte, el cine no es mi fuerte, a pesar de lo mucho que me atrae.
Un beso Rosenrod.

Rosenrod dijo...

De nada, Pol; ahora recuerdo que en algún momento te había leído alguna referencia sobre lo que te gustaba la película. ¡Pues mira qué bien!

Tienes toda la razón, Ixchel: parecía que no hubiese nada que se le pusiese por delante, tenía una gran determinación para hacer visible todo lo que se le pasaba por la mente. Pero es que trabajaba, además, con un equipo de primera: ¿cómo olvidar a su cámara, Karl Freund?

Son geniales los detalles que recuerdas, Iñaki, aunque creo que el dato de que ganara el Oscar a la Mejor Película es erróneo (creo que "Alas" se lo llevó en solitario). Pero bueno, eso es lo que menos importa: lo que de verdad cuenta es el festín de cine que se esconde en su metraje. Algo que me fascina es que Muranu quería haberla hecho sin ningún rótulo, porque quería que se entendiera sin tener que leer nada. Como no le dejaron (demasiado experimental para Fox), entonces aplicó su creatividad y creó esos maravillosos rótulos animados (me encanta cómo, cuando dice que él va a ahogarla a ella, la palabra "ahogar" se desliza hacia abajo como si fuese agua que chorrease).

Imperdonable para nada, Vade. En el fondo, ojalá yo no la hubiera visto ya, y pudiese asomarme a ella con la fascinación con la que lo hice la primera vez, en el cine Doré de Madrid (que es la sala de proyecciones de la Filmoteca): el cine estable más antiguo de Madrid, que cuando se creó era para cine mudo, y en el que respetan la ambientación. Ahí cultivé mi cinefilia en los años de la Universidad, en tiempos pre DVD.

Gracias a todos!

Memphis Blues dijo...

Gran sorpresa. Recuerdo que me encantó cuando la ví, hace muchos años, pero tu comentario es estupendo y tengo que volver a verla.
Enhorabuena. Creo que te estás convirtiendo en mi comentarista de cine favorito y en una gran referencia.
Tambiém me gustaron los posts de Pol y de Iñaki Bilabao.
Saludos

Anónimo dijo...

gracias por tu comentario. Arcoiris de buen humor y como norma general. Y Tornado de mal humor o cuando me da por enredar, que suele ser como norma general tambien, jajajajajaja

No comento sobre el post, por que lo del cine no es lo mio, y no se ni que peli es

Un beso

Dcine dijo...

Ya se echaba de menos alguna reseña de un clásico por aquí, rosenrod. Y que mejor que una obra maestra absoluta como Amanecer pare recuperar tan sana costumbre. Creo que nada.
Como siempre totalmente de acuerdo. ¿algún día escribirás una reseña con la que no esté de acuerdo? Parece que a este paso no...
La vi hace unos años ya pero sigue tan viva en mi memoria como al día siguiente de disfrutarla. Inmensa es una palabra que se queda muy corta para describirla. De hecho no se cual sería la palabra que le haría más justicia, pero desde luego las tuyas son una excelente forma de hacerlo.

Un saludo,
Barry Collins

Anónimo dijo...

Esta la película que más me ha "entretenido" sin contarme absolutamente nada. Porque en efecto no lo hace, tan sólo te dejas llevar por la belleza de las imágenes, la música, los recursos: el conjunto

Y al final pues sí como bien dices ves amanecer juntos

Anónimo dijo...

Muy buena crítica como siempre, Rosen.

Yo creo que el cine de Murnau está en otra dimensión, es más que cine, es un hechizo puesto en imágenes. Y esta película, al igual que "Nosferatu", es una buena muestra de ello. Sucede algo muy similar con el cine de Fritz Lang, sobre todo en sus primeras etapas (o con una buena perte del cine de Tourneur, ya puestos a decir nombres). Supongo que el tiempo que ha transcurrido, así como la forma de expresión de entonces influye, igual que la ausencia de diálogos en algunos casos, pero hay algo más, y es que esta gente dominaba la imagen como pocos.

Rosenrod dijo...

Muchas gracias, Memphis. Si tienes ocasión, vela de nuevo; gana con cada nuevo visionado.

Un saludo, Istharb; gracias por tu visita.

Barry, seguro que escribiré muchas reseñas en las que no estemos de acuerdo; si no, qué aburrido, ¿no? :)

Toda la razón, Pequeñoibán: lo de menos es la trama; hay que dejarse llevar por las imágenes, por sus sensaciones. Entonces, es una gozada.

Totalmente de acuerdo, Marnie. De verdad que cuando veo esta película, o alguna de los que mencionas, no tengo en ningún momento la sensación de estar viendo algo con encanto pero de otro tiempo, sino algo totalmente vivo, con fuerza. Y tienes toda la razón: su dominio de la imagen era apabullante. ¡Y es que lo estaban inventando todo!

Gracias a todos!

Anónimo dijo...

Pues teniendo en cuenta lo difícil que es analizar una película como "Sunrise", no te ha quedado nada mal.

Todo lo que diga de "Sunrise" se quedará corto, es una de las primeras obras maestras incontestables. Más aún, como dices, el tiempo no la ha oxidado, más allá de los inevitables detalles coyunturales, puramente estéticos, en cualquier caso.

Murnau era un genio que trabajaba incluso cuando no lo hacía. No sé si conoces la anécdota sobre el rodaje de esta película que contó la gran Janet Gaynor (adoro a esta actriz, a la que la película debe mucho)...

Al parecer, Murnau solía encerrarse en su despacho al acabar la jornada de trabajo. En una ocasión faltó a la cena y la Gaynor decidió ir a buscarle, ya de madrugada. Le encontró rodeado de papeles cubiertos de operaciones matemáticas por todas partes. Cuando la Gaynor le preguntó para qué servían todas aquellas raíces cuadradas y ecuaciones, él contestó que ése era el plan de trabajo del dia siguiente.

Fue pionero incluso al aplicar la ciencia al arte. Más tarde, recuerdo que Mark Sandrich (y Busby Berkeley) aplicó esas mismas técnicas matemáticas en los musicales que dirigió.

Saludos, Rosenrod.

Roberto García dijo...

Yo todavia recuerdo el impacto que supuso en mi el visionado de "Amanecer" en una oscura sala de Filmoteca y en una proyeccion acompañada por un piano en directo.

Un momento mágico para una película que me dejó hechizado. Sin duda una de las primeras obras maestras incontestables de la historia del cine.

Mar dijo...

Una maravilla, una maravilla el post también :)
Besos

Anónimo dijo...

Hasta ahora ni idea de quién era F.W. Murnau.

Pero gracias, nunca acabará el día sin haber aprendido algo nuevo.

Anónimo dijo...

Pues a mí no me parece para tanto y precisamente por eso que apuntas de artificio acerca de la historia y es que Murnau realiza a la perfección su cometido, pero a mí me resulta imposible alejarme de una historia arquetipica, ñoña y difícil de creer. Prefiero mil veces Nosferatu o, mi favorita de Murnau, Tartufo.

Shiba dijo...

Murnau será siempre uno de los grandes de los inicios del cine. Como bien dices, Rosenrod, dejó para el cine que vendría después toda una galería de intensa forografía expresionista y cuidada (aunque hoy dia a muchos Nosferatu les produce hilaridad, y no les culpo, es difícil ponerse en la situación cinematográfica de la época y el lugar).

No he visto esta que en concreto mencionas, pero a ver si puedo bajármela o encontrarla. Ahora en la asignatura de Cine estamos con los inicios del cine (viendo Lumiére y otras escenas cortas) y esto me vendrá muy bien, asi como Nosferatu, que ya tenia en DVD desde hace tiempo.

Besos.

Rosenrod dijo...

Desconocía ese detalle, Álex, pero hay algo cierto: se trataba de artistas que llegaban al cine con un gran bagaje cultural, y eso es lo que me fascina. En cierta forma, partieron de lo que las artes ya existentes posibilitaban y lo vertieron en el recién nacido cine, pero además comprendieron que éste era autónomo, y desarrollaron su lenguaje con algo, para mí, alquímico. Y comparto tu adoración por Janet Gaynor (por más que, a la pobre, el gamberro de Murnau le encasquetase un peinado imposible en esta película).

Yo no he tenido la suerte de verla con piano, pero a cambio fue con la versión reconstruida de 1997, sonorizada en todo su esplendor. Quedé apabullado, algo que veo que compartimos muchos...

Un beso, Thatalla; y gracias.

Híncale el diente, Mykima, merece la pena: en muchas de sus películas verás la fuente de bastantes cosas que han influido en muchas de las películas que te gustan.

Yo adoro "Amanecer", Freddy, y por supuesto que me encantas las que comentas... de todas formas, para mí, el artificio de esta película, por una vez, no es algo negativo: al contrario, le sirve a Murnau para despreocuparse de la historia, imposible de salvar en sí misma por, como bien dices, su ñoñería, y se centra en el entramado; y es entonces cuando, directamente, crea poesía. Creo que, para mí, son ésta y "El último" donde la técnica de Murnau llega a lo máximo... claro que, ¿quién puede olvidar a ese Max Schreck? (¡¡qué película más lamentable hicieron sobre el rodaje de "Nosferatu", con Murnau reducido por el histrión Malkovich a la categoría de crédulo asustadizo!!)

¡Hola, Lucinda! Te hacía temporalmente desaparecida... qué bien leerte por aquí. Los orígenes son, para mí, el período más fascinante de toda la historia del cine, porque están llenos de descubrimientos, de fiascos geniales, de atrevimientos... Cuando puedas, échale un ojo a ésta; me interesaría mucho saber tu opinión.

Gracias a todos!